Los shooters en primera persona han contado, en los últimos años, con una abundante y variada representación. Sin duda, los títulos de corte militar son los que más han proliferado, con la saga Call of Duty a la cabeza, pero también los hay de infiltración, exploración, terror, ciencia ficción, etc. Sin embargo, los desarrolladores de Rage 2 han optado por una vertiente más gamberra y desenfadada, permitiendo a los jugadores desatar el caos y la destrucción a su paso.

La trama sitúa a los aficionados en un futuro postapocalíptico, en el que una cruel organización, llamada la Autoridad, está firmemente decidida a instaurar un nuevo orden mundial. Al frente de este implacable ejército se encuentra el general Cross, un despiadado soldado cibernético, mitad máquina, mitad humano, que pretende eliminar de la faz de la tierra a todos los que él considera indignos, para dar paso a una sociedad militarizada donde imperen el orden y la disciplina.

El protagonista (que puede ser hombre o mujer, a elección de los usuarios) es el ranger Walker, un versátil combatiente sobre el que va a recaer la responsabilidad de pararle los pies a las sanguinarias tropas de la Autoridad. Para ello, además de buscar aliados que le apoyen en su lucha, también deberá realizar multitud de encargos para los moradores del yermo, que le reportarán útiles recompensas y valiosos recursos.

Acción a raudales

El sistema de juego se sustenta sobre tres pilares básicos: tiroteos, conducción y uso de poderes. El mundo en el que se desarrolla la aventura está plagado de bandidos y saqueadores, que no dudarán lo más mínimo en acribillar a los aficionados en cuanto perciban su presencia. Por suerte, disponen de un completo repertorio de armas de fuego, en el que van a encontrar desde una práctica ametralladora, que cuenta con una respetable cadencia de disparo, hasta una contundente escopeta, que causa auténticos estragos en los enfrentamientos a corta distancia.

La armadura de ranger que porta el protagonista le da acceso a una serie de capacidades sobrehumanas, con las que sembrar el terror entre sus rivales. Estas habilidades se adquieren en las arcas: una especie de naves espaciales abandonadas, que añaden características especiales al traje de Walker. El uso de estos poderes es divertidísimo, permitiendo a los usuarios realizar acciones increíbles, como crear un campo gravitatorio que atrae a los enemigos, o propinarles un tremendo empujón, que viene de perlas contra adversarios provistos de escudo.

El uso de vehículos es esencial, debido a las grandes extensiones de terreno que hay que recorrer para llegar de un punto a otro. Es muy recomendable escudriñar con detenimiento los escenarios, para localizar los asentamientos y fortalezas que hay dispersos por el mapa. El yermo esconde muchas sorpresas, para todo aquel que dedique el tiempo suficiente en desentrañar sus misterios.

Un juego con personalidad propia

El apartado técnico tiene un acabado notable. Los entornos situados en zonas exteriores no son demasiado llamativos, pero la cosa cambia al entrar en el interior de los edificios. La extravagante decoración de algunas habitaciones, unida al sorprendente diseño de varios de sus personajes, le confieren una personalidad visual muy especial.

La banda sonora, por su parte, está repleta de temas electrónicos que impregnan de un tono bravucón y macarra a todo lo que sucede en pantalla. Además, el sonido ha sido implementado con gran acierto dentro de la aventura, haciendo que la música retumbe con fuerza cuando todo empieza a saltar por los aires.

Rage 2 es un fantástico shooter, que podría haber llegado mucho más alto si todos sus apartados hubieran brillado con la misma intensidad. Sus ágiles y veloces tiroteos le confieren mucho dinamismo, pero las secciones de conducción pueden llegar a ser algo tediosas. La historia principal también peca de genérica y predecible, aunque su explosivo comienzo es digno de mención. A pesar de ello, la gran cantidad de actividades a realizar y el imaginativo uso de los poderes de la armadura, enamorarán a los aficionados que busquen un juego frenético y desvergonzado que contenga grandes dosis de acción.