Tildes desaparecidas, letras que surgen como por arte de magia, pronunciaciones literales que suenan raro... Eso es lo que han encontrado los catorce alumnos del 4ºB de Primaria del colegio Ramón Carande en sus excursiones por la ciudad. Con mirada escrutadora y un teléfono móvil como principales armas han localizado cerca de 250  errores ortográficos en distintos tipos de señales de la ciudad gracias al proyecto Detectives Ortográficos que ha impulsado su tutor, José Ramón Turrado.
Toda esa información, perfectamente documentada, se la presentaron ayer al alcalde, Alfonso Polanco y al concejal de Obras, Facundo Pelayo, que visitaron el centro educativo para darles las gracias por su labor y felicitarles por «trabajar por mejorar la ciudad». El regidor alabó que este tipo de iniciativas sirvan para «participar y a la vez aprender y que os enseñen de forma activa cómo mejorar la ciudad».

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