La Yutera ahorrará un 35% en calefacción

Lucía Toribio
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El objetivo es utilizar biomasa forestal para ser más sostenibles, además de crear empleo en entornos rurales y evitar la dependencia de combustibles fósiles como el gasoléo o el gas

Sergio Lara (2d), director de Somacyl, explica el funcionamiento de la red a Antonio Largo (2i). - Foto: Juan Mellado

El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, visitó ayer  junto con el vicerrector de Infraestructuras, Patrimonio y Sostenibilidad, Julio Grijalba, la red de calor con biomasa forestal para los edificios del campus de la UVa en Palencia, que entrará en funcionamiento el próximo mes de octubre.

Esta red dará servicio a los edificios del campus de La Yutera: ETS Ingenierías Agrarias, Vicerrectorado, Aulario, Departamentos y las facultades de Educación y Ciencias del Trabajo. El campus todavía atiende sus necesidades térmicas mediante calderas individuales de gasóleo y gas natural, algunas de las cuales se encuentran en el final de su vida útil.

El rector realizó un seguimiento de la obra, que cuenta con una inversión de más de 1,3 millones de euros. Se trata de una red de calor con una longitud de 1,2 kilómetros que pretende dar servicio a todos los edificios de La Yutera. La idea es seguir el modelo de otros campus como el de Valladolid y sustituir poco a poco la dependencia de combustibles como el gasóleo y el gas por otros que sean más ecológicos y sostenibles.

Ventajas. «Emplear biomasa procedente de los bosques contribuye a utilizar los recursos propios que tenemos en la región, además de no depender de combustibles externos. La suma de estas iniciativas también contribuirá a incrementar el trabajo en los medios rurales y al cuidado de nuestros bosques para que haya menos incendios, como los que están asolando algunas zonas de nuestra comunidad», explica Antonio Largo.

El objetivo es evitar la emisión de CO2 y reducir así la huella de carbono. Desde el equipo directivo de la UVa, estiman que con el consumo anual que habrá se ahorrará cada año la emisión de unas 600 toneladas de CO2 al medio ambiente. Es una tendencia no solo ecológica sino también competitiva porque supone un ahorro del 35% en el coste energético.

De tal manera que la universidad tiene una dependencia de menos del 10% en combustibles fósiles. Además, para generar la energía, el proyecto se sirve de plantas propias de la región como el chopo, el pino, el roble o la encina.

Así pues, la obra está en su fase final, se terminará a lo largo del verano para que los estudiantes puedan disponer de esta nueva calefacción una vez que comience a refrescar en la capital.