«La comedia es verdad y dolor»

Ismael Martín
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El humorista es muy rápido al improvisar sus monólogos, los cuales se basan en las 15 herramientas del stand-up, el libro de secretos de los cómicos, y con los que hace reír al público. En sus actuaciones cuenta infinidad de anécdotas graciosas

«La comedia es verdad y dolor»

Su trabajo como auxiliar de vuelo le abrió el camino a la comedia. Luismi García es el protagonista hoy, a las 22 horas, en el Festival del Humor de OMY. Lleva 22 años haciendo reir a la gente con sus monólogos, lo que le ha llevado a pasar por Comedy Central, Antena 3 o Los irrepetibles, de Emilio Aragón, en La Sexta. También ha actuado por el mundo, dirige el Liceo de Comedia desde 2008 y está preparando un nuevo proyecto audiovisual con previsiones de estrenarse el próximo año. Sus referentes son Goyo Jiménez y Juan Dávila. 

¿Por qué eligió dedicarse al mundo del humor y del espectáculo?

Porque se me daba bien hacer reír; siempre era el gracioso del grupo. Me encantaba ver comedia, en especial el formato del stand-up comedy (comedia de pie), la disciplina de los monólogos, que surgió en Estados Unidos e Inglaterra en los años 20-30. Más tarde, vi que había toda una bibliografía asociada a ese arte y empecé a comprar libros con los que fui creando mi propio material. Fui descubriendo que había 15 herramientas que los humoristas aplican a su espectáculo, de forma que provocan la risa del público de forma artificial. Descubrir todos esos secretos es como cuando descubres los de un mago. 

¿De la comedia se puede vivir?

He vivido muy bien durante años gracias a la comedia. Pero ahora en España, sobre todo después de la pandemia, se ha vuelto más complicado. Yo soy cómico residente en la Chocita del Loro y todas las semanas tengo actuaciones, pero algunos compañeros no lo tienen tan fácil. No hay tantos sitios donde poder hacer comedia y ya no pagan tanto. Por ejemplo, en Estados Unidos existe un circuito de comedia en el que uno puede vivir perfectamente de esto.  

Ha sido uno de los primeros en actuar en inglés

Sí, es todo un reto. He actuado en Australia y Nueva York. Obviamente, los giros no son iguales. Carmen Lynch, una cómica de Nueva York, me ayuda a que el giro quede perfectamente en inglés. Del mismo modo, cuando ella actúa en español, se lo traduzco y la hago el chiste. 

Ha estado en muchos países, ¿cómo ha sido la experiencia?

Muy buena. Me empezaron a llamar de Costa Rica, Argentina, Canadá, México y Colombia. Como los vuelos eran más baratos por ser auxiliar de vuelo y  me llamaban de estos países, he estado impartiendo cursos y actuando mucho por toda América. 

Lo de los cursos se debe a que dirijo el Liceo de Comedia, una escuela que imparte cursos de cuatro meses en los que formamos al cómico.  De aquí han salido Valeria Rox, Eva Soriano o David Puerto. 

¿Se entiende igual la comedia en todos los lugares?

El humor es un lenguaje universal. El mismo chiste en varios páises funciona igual. Lo único que cambian son los localismos o el vocabulario, pero adaptando esas palabras tienen el mismo efecto. Entonces, sorprende mucho cómo los mismos tópicos o temas hacen la misma gracia. El chiste si es gracioso va a hacer la misma gracia. 

¿En qué se inspira para hacer los monólogos?

La comedia es verdad y dolor. El dolor propio y la propia experiencia en la vida; en cómo yo he podido superar un mal trago, mostrarlo, reirme de ello y, a lo mejor, ayuda a otros a atravesar ese momento malo. Para el cómico reirse de todo lo vivido es un modo de hacer su propia terapia.

Además, cuento las anécdotas de mis viajes. Cada vez vas hablando más, vas evolucionando más y vas aprendiendo. Mis monólogos les termino con uno o dos juegos de improvisación con el público.

¿Qué espera de la capital?

Recomiendo a la gente ir a verme porque lo va a pasar muy bien durante más de una hora. Que participen. Yo buscaré como siempre el dolor, las quejas que tienen los palentinos. Con ello haré comedia.