Bronca entre los vendedores y la Policía en el mercadillo

Carlos H. Sanz
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La presencia de un menor en un puesto de frutas desencadenó un altercado que llenó el recinto de patrullas ante la atónita mirada de los ciudadanos que realizaban sus compras

Bronca entre los vendedores y la Policía en el mercadillo

La tranquilidad del mercadillo semanal que se instala los domingos en el recinto ferial se vio ayer interrumpida por una discusión entre los vendedores y la Policía Local que a punto estuvo de acabar en pelea. Al final, todo quedó en un enfrentamiento verbal ante la atónita mirada de decenas de palentinos que mientras oteaban qué comprar en los puestos de pronto se vieron rodeados por casi una decena de patrullas tanto de la Policía Local como de la Nacional.

La versión oficial de lo sucedido, la ofrecida por el jefe de la Policía Local, Juan Manuel González Becerra: «El altercado se ha producido cuando se ha hecho entrega al titular de un puesto de una citación para que comparezca en Comisaría después de detectar que de forma reiterada hay un menor trabajando en la venta de productos, algo que está totalmente prohibido».

El máximo responsable de la Policía Local explicó ayer a DP que «no es la primera vez que se sorprende al menor ejerciendo la venta. En el pasado también se ha detectado este comportamiento, incluso cuando el menor estaba en horario escolar, de ahí que se elaborase un informe».

Cuando el agente hizo entrega de la citación fue cuando se produjo la bronca, según la González Becerra, que confirmó que no se produjo ningún tipo de detención ni agresión.

Sin embargo, los vendedores dan otra diferente y se quejan del «excesivo celo» con el que los agentes velan por el cumplimiento de las normas en el mercadillo. «Todo ha comenzado cuando un agente se ha acercado a un puesto de venta de fruta y ha llamado la atención al propietario porque su hijo de 14 o 15 años estaban en la parte de atrás sentado, comiendo un bocadillo», detalló Abraham Jiménez, que ayer fue portavoz de los vendedores.

«El compañero explicó al agente que tanto él como su mujer tienen que atender el puesto, y que no tiene con quién dejar a su hijo. El policía le ha amenazado con denunciarle y ante sus quejas nos hemos acercado todos para quejarnos», continúa el relato de la versión de los vendedores. «En un momento nos hemos visto rodeados por ocho coches de la Policía. Nos han reventado el mercadillo porque parecía que les íbamos a matar cuando solo hemos gritado y aplaudido. Nos lo han reventado», señaló Abraham Jiménez.

Al final, tras la intervención de los vendedores de mayor edad, la discusión bajó de tono y los policías se retiraron, aunque el enfado de los comerciantes no disminuyó. «Somos palentinos y estamos trabajando. Llevamos semanas soportando un exceso de autoridad que no nos merecemos. No podemos ni ir al baño porque en cuanto abandonamos el puesto aparece un agente para pedir los papeles. Esamos cansados de esta situación», señala.