El nuevo tiempo de pandemia, de muerte, nos ha transformado. Pensábamos que solo era un movimiento político. No es así, se ha intervenido tanto sobre la sociedad que se ha desmadejado. Nos han recluido como borregos en los rediles, entre teleras, con miedo inexorable al ambiente de mortandad; nosotros encerrados en casa. Completa obediencia social. Se han disminuido las fuentes de producción, para provocar escasez. Nos hacen ver algo obvio, como que el cambio climático nos mata de sed. Se incendian campos a la vez que se han aumentado trabas a la producción ganadera que limpiaba los bosques. Se golpea la producción agrícola con permisos, leyes y denuncias. Y hay que cambiar la vida productiva para disminuir la huella ecológica. Las fuentes de energía se merman sin mostrar serio análisis económico. Como en la sustitución por vehículos eléctricos. Al tiempo, se ha golpeado el consumo aumentado los costos económicos, evitando comer carne productora de gases de efecto invernadero como decía el ministro comunista Garzón. Debemos comer gusanos. Disminuyendo la ingesta cambiamos la producción. Los animalistas de izquierdas han luchado contra los invernaderos. A las macrogranjas se las acusa de apilar animales en suelos de jaulas que a los hombres nos parecen incómodos; de practicar el corte de picos a las aves para evitar peleas, callando ante la ablación de las niñas. Suprimiendo las corridas de toros dan puntilla a la dehesa tradicional española, permanente afectada de cáncer económico. Se han empequeñecido las fuentes de producción y al menguar la oferta provocan subida de precios. Ante el alza de costos, se practica la intervención: lo que dicen 'topar', suprimiendo libertad de mercado. Se palía con subvenciones, pagadas y agradecidas entre todos. El engranaje está logrado. La escuela se abarata de conocimientos, las universidades conceden 'honoris causa' sin méritos académicos. Se ha transformado la sociedad bajo la bandera del progresismo. Falta la transformación política que cambie la sociedad. No sé si aún llegaremos a tiempo de realizarla en las urnas. La partida está muy desequilibrada. Veremos…