Un pacto contra la soledad de los más mayores

DP
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La fundación Santa María La Real y Adopta un Abuelo se unen en un proyecto de ayuda

Un pacto contra la soledad de los más mayores

Conectar a personas mayores en situación de soledad con voluntarios dispuestos a acompañarles es el principal objetivo de la asociación Adopta Un Abuelo, que nació en Ciudad Real en 2013 y ahora mismo actúa por todo el territorio nacional ayudando a los que viven en los centros residenciales. Recientemente ha alcanzado un acuerdo con La Fundación Santa María la Real   que servirá para que las personas que viven en sus centros Tercera Actividad (parte de la fundación dedicada a las personas ancianas) de Aguilar de Campoo y León puedan participar en los diferentes programas con los que cuenta  Adopta Un Abuelo. 

«En Tercera Actividad siempre hemos apostado por fomentar las relaciones intergeneracionales, especialmente con centros educativos y otras asociaciones del entorno», explican desde la Fundación Santa María la Real. De ahí que se pusiesen en contacto con la asociación Adopta Un Abuelo, «nos pareció que realizan una labor muy importante que puede ayudar a algunos de los usuarios de nuestros centros, dado que no todos tienen familias o personas que estén pendientes de ellos y puedan desarrollar con normalidad y, sobre todo, con seguridad su vida», comentan.

El principal objetivo de la unión de ambas organizaciones es combatir, precisamente, la soledad que en tantas ocasiones acompaña a las personas de la tercera edad, ya que se considera fundamental que estén acompañados. Se trata de  «Conectar generaciones y que todas las personas mayores del mundo se sientan escuchadas, acompañadas y queridas, mientras que los jóvenes aprenden sabiduría y valores durante el acompañamiento», aclaran.

Gracias al acuerdo alcanzado entre ambas entidades, las personas que viven en los centros Tercera Actividad de Aguilar de Campoo y León podrán beneficiarse de los programas de acompañamiento, ya sea de manera presencial o remota, que ofrece Adopta Un Abuelo. Destacan proyectos como Minutos en Compañía, que facilita la comunicación telefónica o mediante videollamada con los voluntarios del programa para mantener una conversación con los ancianos, o Una carta para un abuelo para quienes prefieran el correo electrónico o postal antes que el teléfono. Junto a otros como Mi abuelo es la caña, con encuentros presenciales entre ambas partes; Abuelos Foodies, para cenar en la mejor compañía, o Abuelos Rurales,que ofrece acompañamiento a personas mayores que no reciben visitas en residencias rurales.

El primer paso ya está dado, ahora queda ver qué personas de los centros Tercera Actividad quieren participar en el programa y qué voluntarios se adaptan mejor a sus necesidades, dado que otro aspecto esencial en el trabajo de Adopta Un Abuelo es la evaluación personalizada de cada participante en el programa. Las conexiones se basan en gustos y aficiones y antes de comenzar la relación de acompañamiento, los voluntarios reciben una formación específica para garantizar que la experiencia mutua sea lo más enriquecedora posible. El éxito de la iniciativa dependerá de la cantidad de voluntarios que se interesen por participar en este proyecto, que será fructuosa no solo para los ayudados (las personas mayores), sino también para los ayudantes.