Masajes que salvaron una vida

ALBERTO ABASCAL
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La catedrática Concepción Casalduero y varios agentes de la Policía Nacional logran reanimar a un vecino con parada cardiorespiratoria

Las asistencias sanitarias y la Policía Nacional atienden al paciente. - Foto: SARA MUNIOSGUREN

La excelente convivencia vecinal y la rápida actuación de la Policía Nacional fueron claves para que un varón, de 49 años y vecino del número 1 de la plaza Patio de Castaño, salvara la vida en la tarde de ayer tras sufrir una parada cardíaca cuando se encontraba en su domicilio.

«Su esposa se percató que no respiraba y me llamó. Entre las dos realizamos masajes cardíacos durante varios minutos antes de que llegaran los agentes de la Policía Nacional a los que previamente se había avisado a través del 091. La verdad es que hemos echado el resto». 

Las palabras a Diario Palentino son de la vecina del paciente, Concepción Casalduero, catedrática de Historia y quien fuera comisionada de Patrimonio, profesora del Instituto Jorge Manrique y pregonera literaria de las fiestas de San Antolín en 2017, entre otros méritos profesionales.

Casalduero reconoció que se vivieron «eternos minutos» de angustia pero nunca cejaron en su empeño para lograr la reanimación de su vecino. Con la llegada de los agentes de la Policía Nacional adscritos a la brigada de Seguridad Ciudadana- hasta tres dotaciones se personaron en el patio de Castaño- las labores de reanimación cardiopulmonar prosiguieron hasta que, por fin, la víctima pudo reaccionar. Para los que no lo conocen, la reanimación cardiopulmonar, o reanimación cardiorrespiratoria, abreviada como RCP, es un conjunto de maniobras temporales y normalizadas destinadas a asegurar la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se detiene, independientemente de la causa del paro cardiorrespiratorio.

Los profesionales sanitarios del Servicio de Emergencias 112, apoyados con una UVI móvil, remataron la faena haciéndose cargo de la víctima, que fue evacuada finalmente hasta un centro sanitario vallisoletano.

«Tengo que reconocer que formamos una comunidad vecinal estupenda. Todos nos llevamos muy bien y nos ayudamos en todo lo que podemos. En estos tiempos que corren, es algo que tiene un inmenso valor», apuntó Concepción Casalduero. Al cierre de la edición se desconocía el estado de salud del vecino atendido pero, al menos, la vida le volvió a dar otra oportunidad gracias al compromiso humano.