Toda universidad que se precie, ha de encabezar la innovación y afrontar de manera decidida los retos de presente y de futuro. No se trata solo de que sea el espacio idóneo para la investigación en los distintos campos del conocimiento, que también, y de que guíe a los jóvenes en una formación de excelencia de cara al desempeño de una profesión y al desarrollo y aprovechamiento de su talento, que por supuesto que sí, como tampoco que se erija en dueña y defensora de verdades absolutas, sino de búsquedas de todas esas otras verdades relativas que contribuyen a la evolución, el crecimiento y el desarrollo de loa sociedad. Una universidad que se precie de serlo ha de tocar muchos instrumentos distintos, pero armónicamente, como en las mejores orquestas. Para que suenen bien las obras y sobre todo para seas útiles en el amplio y a menudo complicado ámbito de la formación superior. 

Y entre esos instrumentos que debe tocar están los que conciernen directamente al territorio en el que se ubica, en el caso de Palencia los derivados de la agricultura y la viticultura, el comercio, la educación y las relaciones laborales, así como otros mucho más generales y decisivos que tienen que ver con la salvaguarda del planeta en el que todos vivimos, léase efectos y consecuencias del cambio climático, freno al derroche indiscriminado, utilización racional e inteligente de los recursos tanto naturales como industriales, eficiencia energética, estudio y salvación de especie vegetales y animales y respeto medioambiental. De manera directa y de manera transversal, en el aula y el laboratorio, en el debate y en grupos de investigación, en el trabajo individual y colectivo, en las cátedras de siempre y en las nuevas que se puedan implantar al hilo de las necesidades y los intereses actuales.

Los equipos directivos y docentes, los investigadores, el personal y los estudiantes del campus palentino de la Universidad de Valladolid, La Yutera, son conscientes de que los retos de presente y de futuro exigen dar el cien por cien y por eso andan embarcados en el diseño de un plan director, que no solo pretende mejorar las instalaciones, optimizar los recursos y responder a las propias necesidades, sino también ganar en excelencia, ganar en internacionalización, seguir abriendo y liderando proyectos de investigación, innovación y desarrollo y divulgar entre la sociedad en general y entre los futuros universitarios, en particular, sus fortalezas y todo su potencial. Eso requiere tener claros los objetivos, coordinar el trabajo y el esfuerzo de los departamentos y de los vicerrectorados de la UVa, incrementar las relaciones con las empresas y las instituciones y, al mismo tiempo,  preservar el espíritu que lo sustenta y no renunciar a conmemoraciones y eventos, que también son convenientes. Cuanto mejor sea el tejido universitario, más enteros ganará Palencia. Así de simple y así de perfecto.