Había muchas ganas de ver a Omar Montes y las expectativas se cumplieron. Desde primeras horas de la mañana de ayer hubo colas de entusiastas fans de la capital y de fuera de ella que, soportando un fuerte calor y buscando sombras, aguardaron impertérritos el inicio del concierto para ocupar las primeras filas, con un parque del Salón lleno hasta la bandera como hace años que no se recordaba. Llegó a las 23,03 horas y veinte minutos después se subió al escenario ante un público entregado, en concreto unas 14.000 personas según fuentes municipales. «Palencia está hoy movida y con ganas de divertirse», aseveró, antes de entonar su conocido tema Solo.
Con mucha pasión y una legión de seguidores, en pocos años se ha consolidado como el artista urbano más influyente. En especial por colaboraciones con Ana Mena en Como el Agua; Vete con Camela; Prendío Remix con RVFV y Daviles de Novelda; Hola Nena con Nyno Vargas o Pegamos Tela con Lérica y Abraham Mateo. Otras canciones como Alocao, La Rubia, Carita Morena, Diablita o Beba, qué quieres que haga, se escucharon y se corearon en un concierto donde Omar Montes no defraudó a su legión de fans.
El de Carabanchel es uno de los artistas más demandados en festivales de música, programas de televisión y numerosas marcas le eligen para sus promociones, conscientes del tirón mediático que posee el cantante.
Hoy, avatares del destino, es un número uno de la música -fue el artista español más escuchado en la plataforma Spotify en 2020- y queda muy lejos cuando fue parado por la Policía con 13 años conduciendo para trasladar a comprar droga a yonquis tras una infancia muy complicada con acoso escolar incluido. Con raíces árabes y gitanas y un hijo, no renuncia a sus orígenes humildes y con 34 años aún vive en el barrio obrero de Pan Bendito con su madre y abuelos. A caballo entre los estilos flamenco y urbano con incursiones en el reguetón y el trap -sin dejar sus intervenciones en programas televisivos, realitys y su afición al boxeo- Omar Montes empezó a brillar en 2015.