«En educación no se pueden hacer experimentos»

Jesús Hoyos
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El director provincial de Educación, Sabino Herrero, encara con optimismo el recién iniciado año escolar gracias al elevado porcentaje de vacunación en la provincia y el éxito del curso pasado

Sabino Herrero, director provincial de Educación. - Foto: Óscar Navarro

Con el bagaje de su amplia trayectoria profesional en el mundo de la enseñanza, Sabino Herrero afronta su décimo curso escolar al frente de la Dirección Provincial de Educación. Los dos últimos, marcados por la pandemia.

Herrero justifica que las medidas de seguridad se hayan mantenido casi en su totalidad, valora la experiencia adquirida durante el curso pasado y confía en que la vacunación ayude a que los centros educativos sigan siendo espacios seguros.

Presentaba el curso con las palabras «ilusión, confianza y seguridad». ¿Cómo afronta este inicio?

Lo afrontamos efectivamente con mucha ilusión y también con tranquilidad. Así se lo hemos trasladado a los centros para que hagan lo propio con las familias. Las medidas de seguridad van a continuar similares al curso pasado. La experiencia acumulada es un grado y todo va generado por el ritmo y porcentaje de vacunación que se va alcanzando en la provincia. Eso ya está repercutiendo en los datos de incidencia y nos va a ayudar a todos. Sin duda, es tranquilizador de cara a que los centros, los profesores, los alumnos y las familias se sientan más seguros.

¿De qué forma concreta ha ayudado la experiencia conseguida el año pasado en la preparación de este curso?

De muchas. En todas las medidas de seguridad, incluyendo la distancia de metro y medio entre alumnos y el hecho de no superar las ratios y ver los metros cuadrados de cada aula para que se mantenga el distanciamiento. Después, en habilitar todos los espacios disponibles para las entradas y salidas de forma que se eviten aglomeraciones; junto al uso del gel hidroalcohólico. Son normas que se han trasladado a los alumnos y que estos han interiorizado. Asimismo, el continuo contacto de los equipos Covid tanto de centros como de la Dirección Provincial permite controlar los casos y trasladarlos a las mutuas para hacer los correspondientes tests y tomar las medidas de confinamiento en caso de que se requieran.

Todo eso nos ha llevado a que el curso pasado, cuando estábamos en la cresta de la ola de la pandemia, los centros fueran espacios seguros. Este año, con la incidencia situada en unos niveles más bajos, creo que lo serán aún más respetando esas medidas de seguridad entre todos.

El hecho de que los alumnos ya conozcan y tengan interiorizadas esas medidas dará más tranquilidad de cara a la preparación

Por supuesto. Los alumnos ya han recorrido el camino y conocen y respetan las normas. Creo que el curso va a ir como el anterior y hacia una mejor situación. Hasta ahora no nos han comunicado ninguna incidencia. Infantil y Primaria nos preocupaban más porque forman un engranaje que necesita a todo el profesorado, el transporte o los comedores con sus monitores trabajando conjuntamente y el primer día es el más complicado para que todo funcione. En ESO y Bachillerato, el servicio de transporte ha funcionado perfectamente. En su caso no hay comedores, así que es un aspecto menos a tener en cuenta a la hora de planificar.

Espero que disciplinas como los ciclos, la enseñanza de adultos, la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) y el Conservatorio, como son enseñanzas más parciales y con una cantidad de alumnos menor, tampoco generen ningún problema. Estamos pendientes de los servicios complementarios porque hay alumnos que, por ejemplo, cambian de localidad y hay que hacer todo tipo de ajustes en el transporte en caso de ser necesario. Todo el trasvase de información ha fluido correctamente con los centros.

La vacunación da tranquilidad pero, a diferencia de sectores como el sanitario o el hostelero, donde se han relajado recientemente las restricciones, en la educación se ha optado por mantener prácticamente las mismas medidas que el curso pasado

Empezamos a planificar el curso desde junio y el protocolo es el que es. Solamente ha cambiado el tema de actividades complementarias y extraescolares. Lo demás sigue en un estado similar. Se calcularon grupos de alumnos teniendo en cuenta esa distancia y ratios para no sobrepasarlas. En septiembre, volver atrás sería impresentable porque ese número de grupos implica contratar más de cien profesores de refuerzo. ¿Qué haces con esos contratos si se vuelve a calcular todo y sale una cifra final distinta?

Con buen criterio, la Consejería ha entendido que la pandemia sigue, aunque con una incidencia menor, y que contar todo el curso con esos profesores a mayores va a garantizar más el éxito que hemos tenido. Si el segundo trimestre, por ejemplo, va a mejor, sería una noticia estupenda. En educación no se pueden hacer experimentos a mitad de curso. Hay que tener en cuentan los tiempos y el curso escolar y, a partir de ahí, tomar decisiones.

¿Hasta qué punto permite el protocolo modificar ciertos aspectos que se han restringido?

Dependemos de Sanidad, que le pasa a la Consejería los cambios potenciales que considere en cada momento de la pandemia. La Consejería hace suyas esas modificaciones, redacta un protocolo nuevo y nos lo traslada. Nosotros se lo hacemos llegar a los directores de los centros.

Al final, se habla de muchas cosas: la posibilidad de eliminar la mascarilla en los recreos, cómo tratar los contactos estrechos si se está vacunado o si se ha pasado la enfermedad, etc. En Educación nos atenemos a lo que Sanidad nos diga. Esas medidas se tendrán que tomar pausadamente. Por nuestra cuenta no las podemos decidir porque no es nuestra competencia.

El estallido e impacto de la variante delta habrá afectado a la preparación del curso

Planificamos con los criterios que nos ha dado Sanidad, pensando en que la vacuna llegaría a un porcentaje elevado del 70% de la población y que los alumnos mayores de 12 años también la tendrían. Eso no ha sido óbice para que nosotros planificáramos teniendo en cuenta el objetivo fundamental, que es el de evitar contagios y que las clases se desarrollen de la forma más normal posible. El hecho de no bajar la guardia, aunque la pandemia esté aflojando, es importante. 

¿A quién atribuye el éxito del curso pasado?

Se tiene que achacar a toda la comunidad educativa: al equipo directivo; a los profesores; al personal de administración y de limpieza, que ha sido fundamental; y a los propios alumnos y padres. Ha habido una organización, con planes de inicio de curso y contingencia. A los niños que se tenían que ir diez días a casa confinados no se les podía dejar colgados. Había que establecer sistemas de telecomunicación y trabajo con una metodología diferente. No es lo mismo que la enseñanza presencial pero los alumnos no perdían clase.

Es decir, ha sido éxito de todos, también de la Consejería, que, por ejemplo, nos dotó de cerca de 700 ordenadores portátiles y pantallas digitales e interactivas para que nadie se quedara atrás. Castilla y León la región en la que menos ha influido la situación socioeconómica de las familias en la expectativa de éxito de los hijos. Eso es para congratularse.

Aumenta el número de alumnos tras el descenso de años anteriores

Es una previsión que se hace con los datos que la Consejería ha estimado para cada provincia y que se tienen que corroborar con las matrículas que envían los centros a partir de octubre. Aumenta sobre todo en los ciclos de Infantil. En Primaria, ESO y Bachillerato prácticamente se mantiene el mismo número. Es importante que eso ocurra.

Un menor número de alumnos por clase implica mantener a los más de cien profesores de refuerzo contratados el curso pasado

Sí. Varía mínimamente. La promoción de un curso a otro es diferente. Quizás el año pasado un grupo se desdoblaba al tener 26 niños, pero si promocionan 24, hay espacio para todos en un aula y no sería necesario el desdoble. Al final, se compensan y acaba siendo similar.

La ratio de alumnos por profesor está más baja con la pandemia y se suele reivindicar en aras de una mejora en la calidad de la enseñanza. ¿Es el momento para aprovechar y mantenerla?

Hay que distinguir por etapas. Quizás, en el grupo de tres años, es decir, primero del segundo ciclo de Infantil, 22 niños por profesor sería una ratio bastante más aceptable, por el hecho de ser nuevo, y tener profesor y contactos distintos. Algunos vienen de guarderías con hábitos, pero otros no. En cualquier caso, tiene que ser parte de un análisis más amplio. En los siguientes cursos, lo veo diferente. Cuando ya tienen una serie de rutinas y hábitos adquiridos, están organizados. En todo caso, no sería malo que la ratio también bajara.

Una de las polémicas recientes es la medida del Ministerio de Educación de eliminar los exámenes de recuperación de septiembre en la ESO. ¿Cómo lo valora?

Eso de que promocionen suspendan lo que suspendan no lo veo razonable. Al final, no potencias el esfuerzo y el trabajo. Habrá que ver cómo sale finalmente ya que cada Consejería lo adaptaría a su Comunidad. Otra cosa es que un alumno tenga alguna asignatura suspensa y el equipo docente lo valore y considere que tiene unas competencias asumidas para poder progresar. Eso no lo veo mal.

Pero si el alumno tiene una actitud negativa, desde luego el equipo docente debe valorar que hay una falta de esfuerzo y no le puede premiar con pasar de curso. Por ello, la evaluación continua es fundamental, tanto en Primaria como en Secundaria. Eso conlleva que el equipo docente sepa cómo trabaja cada alumno en el día a día.

¿Continuará la formación digital de los profesores que comenzó al inicio de la pandemia?

Sí, es un aspecto fundamental. Personalmente, estoy muy satisfecho con la inquietud del profesorado para formarse y adaptarse metodológicamente a una situación cambiante como la que vivimos. Ha sido uno de los aspectos positivos de todo esto. Desde los CFIE se han planificado un montón de actividades de formación. En cada centro siempre hay gente que conoce mejor las nuevas tecnologías y muchos echan mano de ellos. Aquí, en concreto, tenemos tres profesores que van por los centros para ayudarles. La Dirección tiene además un coordinador TIC de apoyo a los centros educativos.

¿Cuál es la apuesta concreta de la Dirección Provincial por la formación bilingüe?

Estamos totalmente a favor del bilingüismo. Hace unos años, se realizó una evaluación a nivel regional para valorar lo positivo y mejorar otros aspectos. Poco a poco se analizarán diferentes situaciones para potenciar aquellas zonas que son mejorables. Los centros trabajan bien, aunque quizá haya una pequeña dispersión en áreas y materias que se imparten en inglés. Algunos de ellos piensan que habría que cerrar un poco la oferta. Lo positivo es que eso no significa que se adquieran menos contenidos en castellano.

Vuelven las actividades extraescolares, algo muy solicitado en favor de la conciliación familiar y laboral

El curso pasado estuvieron totalmente prohibidas, salvo las deportivas en el último trimestre. Este curso se posibilita la realización de actividades extraescolares y complementarias. Estas efectivamente complementan el currículum y los centros pueden hacerlas dentro o fuera de sus instalaciones. En este último caso, pueden surgir problemas dependiendo de las medidas concretas que tengan las otras instalaciones. El equipo directivo tiene que planificarlo para que se cumplan las medidas de seguridad y evitar contagios. En cuanto a las extraescolares, se potenciarán las que se realizan al aire libre. Las que tienen lugar dentro, tendrán que acotarse al aforo de cada instalación.

La flexibilización de ratios en el ámbito rural ha favorecido, por ejemplo, a Santervás de la Vega. ¿Qué ocurrirá finalmente con el colegio de Villaumbrales y cuál es la situación de la provincia?

Villaumbrales no se cierra, pero deja de funcionar. Si el próximo año vuelve a haber tres o más alumnos, se pondría en funcionamiento. La experiencia me dice que, cuando el centro de una localidad deja de funcionar, retornar es complicado y es muy difícil que vuelvan a tener alumnos. Sí es cierto que aquellas escuelas que se consiguieron mantener con tres alumnos, como la de Santervás, han mejorado y han pasado a tener cinco o seis alumnos, lo cual es fenomenal.

Palencia amplía la oferta educativa con cuatro nuevas enseñanzas en Aguilar, Guardo y la Mariano Timón de la capital. ¿Cuál ha sido la respuesta?

En la Mariano Timón, las incorporaciones han sido muy positivos. Los otros dos casos son procesos de escolarización en los que aún estamos trabajando. En Aguilar, una FP Básica de Servicios Administrativos era muy demandada. Hablamos con la Consejería y nos autorizaron. La de Guardo es una incógnita. Ojalá salga muy bien porque es un ciclo formativo de grado medio muy relacionado con el futuro de la zona, el de Guía en el medio natural y de tiempo libre. Hay un proyecto ahí en el sentido de innovar turísticamente en la montaña.

La directora de la Escuela de Arte Mariano Timón, Aránzazu Rebollo, me ha trasladado que ya hay en total cerca de 35 solicitudes para los nuevos ciclos. Arquitectura efímera e Ilustración los tenía Valladolid y muchos palentinos iban allí. Ahora pueden estudiar en su ciudad.

¿Cómo se podría seguir ampliando la oferta formativa para adecuarla a la demanda empresarial?

Todos los años pedimos a los centros que detecten esas necesidades. Hay que conjugar las preferencias de los alumnos con el perfil demandado por las empresas. Al inicio del año, una comisión hace las valoraciones oportunas y se elevan a Valladolid para que sean o no concedidas. La Formación Profesional no solo es provincial, sino que también es algo regional. Es decir, tampoco consiste en reproducir y repetir muchos ciclos en una provincia si están en otras cercanas. Es una labor conjunta de estudio.

La EOI es la última en incorporarse. ¿Qué se espera de este centro?

Normalmente tiene algo más de 1.000 alumnos. Aún no tenemos datos porque estamos en proceso de matriculación, pero las expectativas indican una continuidad con otros años. Los idiomas son los mismos. En alguna ocasión se ha valorado la inclusión del chino. Si hubiera una demanda suficiente y profesorado para impartirlo, porque todo hay que conjugarlo, habría que estudiarlo e intentar ponerlo en marcha.

¿En qué proyectos trabaja este curso la Dirección Provincial?

Tenemos tres actuaciones fundamentales. Primero, en Magaz. Se está apostando mucho por su escuela, que pertenece al CRA del Cerrato. Su centro, con cuatro aulas, era más que suficiente, pero, desde hace unos años, han incrementado sus matrículas. Tanto es así que el año pasado se ha empleado como aula un espacio contiguo del Ayuntamiento. Se ha proyectado y concedido la ampliación de ese centro. 

En el Gómez Manrique de Villamuriel también había problemas de espacio, cuya solución se está acometiendo. 

Por último, en Guardo, el instituto tenía el problema de la carencia de porche. Ante eventuales inclemencias del tiempo, los alumnos no podían resguardarse en ningún sitio. Se está realizando un sotechado exterior para que puedan salir y tomar el aire. En total, 35 actuaciones en institutos de Secundaria, 10 en Primaria y 10 en Infantil.

Un mensaje que quiera trasladarle a las familias en este inicio de curso escolar

Lo afrontamos con ilusión, tranquilidad y seguridad. Que las familias estén tranquilas a la hora de llevar a sus hijos a los centro, puesto que las medidas se mantienen. El equipo directivo y todo el personal van a estar ahí para evitar los potenciales contagios. Los centros educativos y las aulas van a ser recintos seguros. Vamos a superar todo esto y volveremos a la normalidad, siempre condicionados a la evolución de la pandemia.