Esta columna, aunque todavía no sea el Día de San Valentín, se la quiero dedicar a una pareja de excelentes amigos y, desde luego, mejores personas, sensacionales ambos, sin lugar a dudas. Ella -cordobesa declarada y confesa-, afincada en tierras castellanas -ahora en Ampudia-, es una sensacional cantante de canción española soberbiamente interpretada, cuyo nombre artístico es María del Alba. Él -hombre tranquilo, siempre amable y educado-, es un ampudiano comprometido con su pueblo, con su tierra y con sus gentes, muy conocido por todos -aunque no reconocido como se le debiera y merece-, se llama José María Atienza, teniente de alcalde y concejal de Cultura, Turismo y Patrimonio del Ayuntamiento de Ampudia. No me duelen prendas si afirmo categóricamente, sin ninguna exageración, que es el mejor concejal de Cultura de la provincia de Palencia. Los hechos avalan mi objetiva afirmación, en absoluto gratuita, a la luz de su trayectoria política como responsable de esa área.
 Alba es una mujer de rompe y rasga, de raza, carácter y arranque, pero, sobre todo, de una inmensa e inconmensurable humanidad. Su calidad como persona, como ser humano, es pareja a su talla como artista. Alegre, optimista, generosa, jovial, divertida, risueña y festiva, atesora una voz fantástica, sencillamente estupenda. Sus actuaciones son siempre emocionantes, sentimentales, palpitantes y conmovedoras. Sabe transmitir en el escenario fuerza, pasión, ardor, calor y entusiasmo. Sin embargo, en ella no hay nada artificial y fingido, todo es natural y espontáneo, sencillo y franco. Es todo corazón y sentimiento, como en su vida       misma.
María y José María forman una pareja feliz, unidos por la música en el escenario y en la vida, como el show que interpretan al amparo de la luz de las candilejas y los focos multicolores, pero que viven de igual modo entre bambalinas en su vida privada y personal. Distintos y complementarios, dispares y adicionales, la melodía y el ritmo es el pegamento que une sus vidas en su caminar compartido felizmente. 
Queridos amigos, os deseo una larga, venturosa y dichosa vida en pareja.