Javier San Segundo

Ajo, guindilla... y limón

Javier San Segundo


Recuerdo

14/01/2023

El mundo y sus circunstancias han evolucionado en los últimos sesenta años más que en los últimos sesenta millones de años. La irrupción de la conectividad, tanto virtual como celular, ha supuesto tal velocidad en el fluir de la información que la globalización se ha instalado en nuestros hábitos y quehaceres diarios sin pedir permiso alguno y con la venia hasta de los más reacios, aunque cualquier tiempo pasado fuera mejor. En ocasiones, por sus cojones toreros, y en otras cuantas, porque no ha quedado más remedio que rendirse a la evidencia de la practicidad. Quizás, en algunas circunstancias o ámbitos, hasta hayamos recorrido demasiado tramo tecnológico en un demasiado corto espacio temporal. Y la gastronomía no ha sido una excepción. Cada día estamos más formados, informados, aleccionados y mediatizados (influenciados, se dice) y, del simple disfrute de comer y beber y disfrutar de compañías y celebraciones, hemos pasado a considerar la experiencia vivida como un objetivo inquebrantable que permanezca en el recuerdo, trascienda los sentidos y nos genere una satisfacción súbita el recuerdo recurrente y el comentario social del momento en cuestión. Y somos muchos los que nos rompemos la cabeza para que así suceda. La vital diferencia con otros sectores es que aquí lo virtual pierde la batalla. Para enjaretarte unos torreznos en el Parador de Cervera de Pisuerga con esas vistas que provocan tembladera en las canillas, tienes que llegarte hasta el Parador de Cervera de Pisuerga, sentarte en la terraza, pedir los torreznitos, probar el primero y, es ahí, donde comienza el gozo real. Queridos lectores, por mucho que les relate virtualmente tal momento celestial… Para disfrutar de una cena-homenaje como la que en la velada del jueves la Asociación de Gourmets de Palencia vivimos en La Traserilla, y que sea el propio Luisme el que  haga un recorrido por la historia del negocio, por sus diferentes tipos de servicio y emplatados (incluyendo un pinceado, tipo boda, que fue un supermomento) y recree lo que su padre, su madre y su grandiosa hermana Erika, a la que todos recordamos con extremo cariño y que fue el motivo, han ido creando con la maestría del talento y la experiencia, tienes que experimentarlo in situ. Inolvidable. Eso es la gastronomía.