Amargo regreso al infierno de Kiev desde Cervera de Pisuerga

Rubén Abad
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Zhanna Svitlychna y su hijo emprenden el camino de vuelta a su país tras más de dos meses en la Montaña. Tardarán tres días en completar el viaje

Amargo regreso al infierno de Kiev desde Cervera de Pisuerga

Huyeron casi con lo puesto del horror de la guerra a finales del pasado marzo y regresan ahora, casi tres meses después, al infierno en el que se ha convertido Kiev, la capital de Ucrania. Hablamos de Zhanna Svitlychna y su familia, que ayer emprendieron el camino de regreso desde Cervera de Pisuerga, donde han residido durante estas semanas, a un país sumido en la más absoluta miseria por culpa de la invasión rusa. 

Tras 75 días de residencia temporal en Cervera, donde la familia tuvo una gran acogida desde su desembarco, ayer se despidió, quién sabe si en un hasta pronto, de la villa. Por delante, tienen tres largos días de viaje en autobús desde Bilbao, ciudad hasta la que les acercó el alcalde, Jorge Ibáñez, volcado con la comunidad ucraniana al igual que todo el pueblo.

Ha sido un esfuerzo «de todos». Desde el albergue que les cedió de forma gratuita parte de las instalaciones hasta la academia de idiomas en la que aprendían castellano, pasando por todos los vecinos que colaboraron con los donativos, la Policía Nacional que aceleró los trámites en Extranjería y la Junta de Castilla y León que puso todas las facilidades del mundo para la matriculación de los niños.

Con estos mimbres, no es de extrañar que Zhanna y su familia se muestren «muy agradecidos» por la excelente acogida que les han dispensado los cerveranos, donde se han sentido muy bien arropados por la comunidad desde su llegada.

Por este mismo motivo, a pesar de los miles de kilómetros que les separan de su casa, los Svitlychnase se llevan de regreso toneladas de recuerdos de su estancia en el corazón de la Montaña Palentina, que ahora abandonan por motivos laborales.

Y es que hace unos días, cuando estaba a punto de incorporarse a su nuevo trabajo en España, su jefe en Ucrania contactó con Zhanna para que se uniera nuevamente al despacho de abogados de la capital ucraniana en el que desarrolla su actividad profesional, pues este iba a recuperar, o al menos intentarlo, la normalidad. En medio del caos y el desorden, allí les esperará su marido, un motivo más que suficiente para regresar a su hogar.

«Éramos conscientes de que esto iba a suceder tarde o temprano. Nosotros les deseamos lo mejor, pero saben  que aquí, en Cervera, siempre tendrán las puertas abiertas», añade el primer edil.

LA HUIDA A ESPAÑA

Habían pasado apenas unos días desde el estallido del conflicto bélico, pero se temían que aquello iba para largo. Por eso Zhanna escapó de Kiev con el objetivo de llegar a España a toda costa, que tenían contacto con Victoria, una de las mujeres que se habían instalado en Resoba. 

Casi de inmediato, Ibáñez contactó con Eugenia Lysoba, una ucraniana residente en Paredes de Nava, que ha colaborado en la recepción de refugiados. Ella recurrió a un chico «de gran corazón» natural de Siles (Jaén), Juan Aracil, que se había ofrecido y su Ayuntamiento y vecinos le han apoyado para que pudiera hacer el viaje. Finalmente, partió el 21 de marzo junto a dos venezolanos miembros de una ONG y el 25 pasaron su primera noche en Cervera tras un largo viaje que ahora repiten.