La tensa calma que se vivía entre Israel y Palestina se ha acabado y la violencia vuelve a ser manifiesta después de que el Ejército hebreo comenzase el pasado viernes la operación Amanecer, en la que abrió un feroz intercambio de lanzamiento de cohetes con la Yihad Islámica que ayer continuó y ante el que no parece hacer indicios de que se pueda decretar un alto el fuego. Es más, desde Tel Aviv ya adelantaron que sus Fuerzas de Defensa están preparadas para «una semana» de bombardeos, recalcando que no se ha abierto ninguna vía para comenzar negociaciones entre las partes.

Lo que comenzó como una «ofensiva preventiva» hebrea a través de ataques aéreos sobre Gaza se ha convertido ya en el repunte de violencia más grave en la región desde los duros enfrentamientos vividos en mayo de 2021. De hecho, según el último balance emitido anoche, ya han registrado 15 fallecidos -todos ellos palestinos- y unos 150 heridos -de ambas partes- tras el lanzamiento de cientos de proyectiles -más de 350 por parte de la Yihad Islámica contra territorio judío que fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa Cúpula de Hierro-.

La situación, además, parece estarse complicando con el paso de las horas. Y es que si bien el Ejército israelí insiste en que su ofensiva es únicamente contra la milicia islamista, una de las bombas lanzadas ayer causó la muerte de un miembro de las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamas, que podría sumarse a la ofensiva.

Además, la Yihad Islámica disparó a última hora de la tarde por primera vez hacia Tel Aviv, cuyos habitantes tuvieron que correr a los refugios antiaéreos y escucharon el impacto de las interceptaciones de la red Cúpula de Hierro.

Por todo ello, la operación podría, incluso, traspasar fronteras. Y es que el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, avisó a los líderes del grupo extremista, muchos de los cuales residen en el extranjero, que ellos también se han convertido en el objetivo de las fuerzas hebreas.

«Los líderes de la Yihad Islámica, que se sientan en restaurantes en el extranjero y se hospedan en hoteles en Teherán, Siria y Líbano, están desconectados de su gente», declaró. «Esta gente está dañando gravemente los medios de subsistencia del pueblo de Gaza, pero también van a pagar la factura», aseveró.

Por eso, insistió en que Tel Aviv infligirá un «grave daño» a la milicia con el fin de «restaurar la paz» en la región.