En el fútbol hay una regla no escrita que dice que quien perdona, lo termina pagando. Esa máxima sufrió el Palencia CF en su encuentro ante el Almazán, que próximamente recibirá en Los Pajaritos al Atlético de Madrid.

No viste de rojiblanco el Palencia CF, pero sí puso en aprietos a los sorianos, que consiguieron salvar un punto in extremis, para pesar de un cuadro morado incrédulo al ver cómo se dejaba dos puntos en El Otero después de todo lo que había perdonado minutos antes.

Se adelantaban los sorianos en el minuto 29 por medio de su delantero Larry. Al atacante, que acechó durante toda la primera parte, le llegaba un buen balón a la frontal del área, desde donde se sacaba un disparo que se introducía por la parte izquierda de la portería defendida por Dani Hernández.

Poco le iba a durar la alegría al Almazán, ya que diez minutos después se iba a señalar un penalti a favor del Palencia CF por mano.

El árbitro del partido no pitaba la pena máxima en primera instancia, pero el línea, que había visto la jugada desde mejor perspectiva, señalaba con criterio la infracción. El capitán de los palentinos, Chopi, asumía la responsabilidad y no fallaba, engañando al guardameta y establecía el 1-1 antes del descanso.

Nacho entraba desde el banquillo para disputar gran parte de la segunda mitad, y en el minuto 68 tendría premio. El joven delantero cabeceaba un perfecto centro de Juan para, con un testarazo impecable, mandar el cuero a la escuadra rival. Golazo para poner al Palencia CF por delante.

A partir de ahí, carrusel de ocasiones, clarísimas en su mayoría, que podían haber permitido a los morados sentenciar el partido de haberlas materializado, pero los de Sedano no lo hicieron y lo acabaron pagando caro. Muy caro.

Cuando el público esperaba el pitido final, un centro desde línea de fondo acababa rematándolo Ángel a gol. Mereció más el Palencia CF, si bien en esto del fútbol conviene resolver cuanto antes mejor. Lo abonó el cuadro morado con el empate al final.