Un total de diez municipios de la provincia se encuentran entre los 100 primeros con renta más alta de Castilla y León, con Grijota (posición 12), Villalobón (27) y la capital (39), entre los 50 más ricos», según la estadística de los declarantes de IRPF por municipios de Palencia con más de 1.000 habitantes tras el análisis realizado para este periódico por parte del sociólogo palentino, Javier Gómez Caloca.
Según esta estadística, el municipio de Castilla y León con la renta bruta más alta (Simancas, en Valladolid) tiene un 28,4% de renta que Grijota (40.304 frente a los 28.843 € de Grijota). Asimismo, siete están entre los 1.000 con más renta del conjunto del Estado. A los cinco que ya estaban el pasado año (Grijota, Villalobón, capital, Aguilar de Campoo y Villamuriel de Cerrato) se unen Venta de Baños y Santibáñez de la Peña. Solo Grijota ocupa un lugar por debajo de la posición 500. Pero, la renta media del municipio «más rico» es 2,7 veces inferior a la del más «rico» del país (Pozuelo de Alarcón en Madrid). Desde el punto de vista monetario es 28.843 euros de renta bruta de Grijota, por 79.327 euros de Pozuelo de Alarcón en Madrid, lo que supone una diferencia de -50.484 euros anuales de renta, es decir, un -63,6%.
«En el Informe del año pasado destacaba, en el lado positivo, la subida de ocho posiciones de Barruelo de Santullán pero ya dijimos que habrá que confirmar esta tendencia en futuros ejercicios para descartar que pueda deberse a algún sesgo estadístico. Parece, una vez que en 2020 ha retrocedido las mismas ocho posiciones y ha recuperado el lugar 14 que ha venido ocupando siempre, que se debió a algún sesgo estadístico. Puede ser a la residencia en el municipio de algún declarante con fuertes ingresos que descompensó la media de renta bruta del municipio», apunta Javier Gómez Caloca.
Imagen de archivo de la plaza de Grijota durante una feria. Imagen de los cuadrados representativos de la evolución de la renta en la provincia. - Foto: JESÚS SEVILLANOLo mismo cabe decir este año para el caso de Santibañez de la Peña que asciende, con respecto al año anterior, seis posiciones, de la 11 a la 5. Antes que nada hay que resaltar el concepto de renta bruta media: se trata de la renta media por declaración de IRPF, es decir, incluye todas las rentas recibidas en el año por todos los miembros que integran una unidad familiar. La renta bruta media se obtiene dividiendo la renta bruta entre el número de declaraciones.
En cuanto a la renta bruta media declarada, de los tres de cabeza, solo Grijota aumenta dicha renta al pasar de 28.460 euros de 2019 a 28.843 euros. Tanto Villalobón como la capital pierden renta bruta al bajar el primero 56 y la capital 278. Asimismo, la brecha entre Grijota y Paredes de Nava, municipio de más de 1.000 habitantes con menor renta, se agranda con respecto a los datos del año anterior al pasar de -10.120 euros en 2019 a -10.529 en 2020, llegando a ser un 36,50% inferior.
Comparativamente, Gómez Caloca expone que tanto la nacional como la regional y provincial se han reducido en 2020 con respecto a 2019. «La causa es evidente, la pandemia y el parón de la economía durante las semanas del confinamiento, así como el cierre temporal en algunos sectores. Este descenso de ingresos declarados fue mínimo en el caso de Palencia (39 euros), por debajo de los 213 euros de Castilla y León y de los 608 euros del conjunto del Estado. Sin duda, el sector más afectado por las restricciones necesarias para el control de la pandemia fue el del turismo, que en la provincia es menor porcentualmente tanto en mano de obra como en peso económico que en la Comunidad Autónoma y, mucho menor, que en el país», apunta.
LOS ERTE. No obstante, aunque el retroceso del conjunto de la provincia es menor la renta bruta (24.431,00 euros) sigue algo por debajo de la media de la Comunidad Autónoma (25.104 euros) lo que supone un -2,7% y un 12 % por debajo de la media nacional situada en 27.776 euros. Por encima de la media de renta bruta del país solo estaría Grijota y sobre Castilla y León estarían, además de Grijota, Villalobón y Palencia. «El descenso hubiera sido mucho mayor de no haber se puesto en funcionamiento los Ertes de fuerza mayor por la covid-19 que dieron cobertura en la provincia a 12.234 asalariados, además de las ayudas que también recibieron, por paralización o descenso de actividad, los autónomos», apunta el sociólogo palentino.
Imagen de archivo de la plaza de Grijota durante una feria. Imagen de los cuadrados representativos de la evolución de la renta en la provincia. - Foto: JESÚS SEVILLANO«En el caso de los ingresos derivados de la aprobación de los ERTE de fuerza mayor por la covid-19 éstos han sufrido una merma media de 8.495, un 34,8% de media lo que coincide bastante con la cantidad que se abonaba en ERTE que era el 70% durante toda la duración de la suspensión», recalca.
«Si esta medida no se hubiera puesto en práctica de forma inmediata a la declaración del Estado de alarma el 14 de marzo de 2020, el destrozo económico y social hubiera sido enorme para el este 20% de asalariados que lo hubieran pagado, en muchos casos, en forma de despidos colectivos con un crecimiento de la tasa desempleo muy por encima del 30% y, cuando menos, con una mayor disminución de sus ingresos pues los ERTEs salidos de la reforma laboral de 2012 abonaban el 60% los seis primeros meses y bajaban al 50% a partir del sexto mes», pormenoriza Javier Gómez Caloca en su informe sociológico.
El sector agroalimentario propició un menor descenso de rentas en pandemia
La pandemia, y su principal afectación en términos económicos en el ejercicio fiscal 2020, ha supuesto una reducción de rentas en el conjunto del Estado, pero, especialmente, en aquellas provincias con más peso económico y laboral de los sectores que tuvieron que soportar las mayores restricciones para ir arrinconando al virus (sector turismo y hostelería). Por el contrario, aquellas zonas, como la provincia y Castilla y León, con un peso importante del sector agroalimentario, declarado básico y que nunca paró, pues el descenso de las rentas es menor», según las conclusiones que obtiene en su informe el sociólogo palentino Javier Gómez Caloca, quien reitera que su homogeneización social contrasta con la diversidad, también económica, que se asienta en la capital y hace que ésta baje su renta media.
Los datos fiscales de 2020 vuelven a mostrar la diferente realidad económica, laboral y social del norte de la provincia. Por una parte, Guardo y su área más próxima, en constante declive poblacional y económico de sus vecinos (retroceso de posiciones en la renta bruta constante). Por el contrario, Aguilar de Campoo, asentada en la cuarta posición y disminuyendo, año a año, su distancia porcentual con la capital que ocupa el tercer lugar.
Imagen de archivo de la plaza de Grijota durante una feria. Imagen de los cuadrados representativos de la evolución de la renta en la provincia. - Foto: JESÚS SEVILLANO«Mientras en 2016 la diferencia de renta bruta era de 2.666 euros/año, casi once puntos (10,7%) a favor de la capital, en 2020 esa diferencia ha disminuido hasta los 1.594 euros/año (el 6%). En el último ejercicio este recorte ha sido de más de dos puntos por lo que no es descartable que si se mantienen las dinámicas actuales en un horizonte de no más de cinco años la localidad galletera adelante a la capital en el nivel de renta. Nada hace pensar lo contrario», mantiene Gómez Caloca.
«No ha sido suficientemente valorado, quizá porque quien tenía que haber vendido la medida, tanto los representantes del Gobierno de España en la provincia como los dirigentes políticos de los partidos que soportan el Gobierno no lo ha hecho, lo que supuso la aprobación de los ERTEs de fuerza mayor que, al contrario de lo que se ha dicho y redicho por el PP, nada tienen que ver con el mecanismo de ERTE que existía antes», indica Gómez Caloca.
«Entre cobrar el 70% y el 50%, entre que redujeran prestaciones futuras de desempleo o no y entre que estuvieran pensados para facilitar despidos o impidieran los despidos va más que un abismo. El PP modificó esta figura contra los trabajadores y el Gobierno actual, en menos de una semana, puso en práctica un escudo que evitó millones de despidos, más de 12.000 en Palencia, supuso unos ingresos decentes mientras no se pudo trabajar y guardó los puestos de trabajo hasta que fue posible la reincorporación. Pero, claro, en esto el Estado se gastó más de 27.500 millones de euros, que se pagaron con impuestos», añade.