Aprobado el desarrollo del suelo industrial de Palencia Norte

Carlos H. Sanz
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El Ayuntamiento tramita a petición de Sepes el plan parcial de la zona en la que la entidad pública invirtió casi 7,4 millones antes de que pase a ser suelo rústico en octubre

Ubicación y propuesta de desarrollo que contempla del plan parcial de Palencia Norte aprobado por el Ayuntamiento. - Foto: DP

La Junta de Gobierno Local aprobó ayer de forma inicial el plan parcial del denominado Sector 2.AE, más conocido como Palencia Norte y conformado por 787.666 metros cuadrados para actividades económicas. Un trámite realizado a petición de Sepes, la Entidad Pública Empresarial de Suelo, que posee más del 70% de esos terrenos desde que el desarrollo urbanístico de esta zona de la capital, comprendida entre el Canal de Palencia, la A-65 y el Camino Viejo de Fuentes de Valdepero, se puso en marcha en 2011.

Un paso importante para la ciudad pero mucho más para Sepes, que necesita tener aprobado este documento antes del 19 de octubre para que el suelo no revierta a rústico, lo que supondría pérdidas millonarias para la entidad. 

Dicho de otra forma, ni en los planes del Ayuntamiento ni en los de Sepes está urbanizar este nuevo polígono industrial a corto plazo. El primero, porque debería acometer una inversión de unos 10 millones de euros para continuar la ronda norte de la ciudad y dar acceso directo a esta zona industrial; el segundo, porque tendría que terminar de comprar el suelo que falta y proceder a la urbanización, lo que supondría otra millonada.

El denominado Sector 2.AE, que en 2011, durante los últimos años del mandato del socialista Heliodoro Gallego, se bautizó como Palencia Norte,  fue el último plan parcial que desarrolló el Ayuntamiento para dotar de suelo industrial a la ciudad. Data de febrero de 2011 y pretendía ampliar el barrio del Cristo con una zona residencial de 23 hectáreas aneja a estas 78 hectáreas de suelo para actividades económicas.

Ese proyecto urbano, redactado por 2MdB Arquitectura Urbana y dirigido por la arquitecta Mónica de Blas tras un concurso público, pretendía utilizar los fondos del proyecto Urban para financiar parte de los 30 millones de euros calculados para su urbanización -15 para la interior y 15 para los enlaces exteriores-, de forma que la ciudad ganase un nuevo barrio con el 80% de viviendas protegidas y más espacio para actividades económicas.

En su día, se explicó que en esas 78 hectáreas iban a tener cabida espacios diversificados para la producción, comercio, servicios y formación continua; un parque industrial para actividades industriales limpias, de alta tecnología, talleres y locales de exposición y venta y oficinas y servicios ligados o no a la propia demanda industrial-, mediana y pequeña empresa y minipolígonos.

Según los últimos datos disponibles, entre 2007 y 2010 Sepes, en colaboración con el Ayuntamiento, compró 574.860,81 metros cuadrados correspondientes a 62 fincas. Se gastó 7.398.310,53 euros, y estaba en negociaciones para adquirir otras 27 parcelas, de 213.370 metros cuadrados, por un valor estimado de 2.773.810 euros.

Sin embargo, llegó la crisis económica y los problemas judiciales, ya que en febrero de 2014 el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León anuló la aprobación definitiva del plan parcial promovido por Sepes y el Ayuntamiento, a petición de un propietario que reclamó excluir de él una parcela en la que tenían construida su vivienda.

Tampoco ayudó un informe desfavorable de la Confederación Hidrográfica del Duero en el que exigía al Ayuntamiento y Sepes información específica sobre si los recursos hídricos existentes eran suficientes para garantizar el abastecimiento y depuración de agua al proyecto urbanístico, dado que el vertido de aguas residuales se realiza en el río Carrión y está declarado como zona sensible en recuperación.

Todo quedó parado, hasta que a finales de la década pasada, se dieron pasos para obtener el visto bueno de la CHD, punto esencial a partir del que volver a tramitar el plan parcial, cuya aprobación es la llave para iniciar las expropiaciones que restan y comenzar con la urbanización. 

Sin embargo, y pese a la carencia de suelo industrial que sufre la ciudad, nada se hizo por su desarrollo. La llegada de Luis Fernández a la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento en 2019 hizo que se retomasen las conversaciones con Sepes, pero el elevado coste económico para ambas partes ha impedido que se den más pasos en firme.

Si ahora se retoma el tema es porque Sepes y el Ayuntamiento deben tener aprobado el nuevo plan parcial que desarrolle urbanísticamente el polígono antes del 19 de octubre, fecha en la que ese suelo pasará a estar clasificado como rústico.

contactos. La Concejalía de Urbanismo está intentando aprovechar esta situación para reactivar el proyecto y lograr dotar a la ciudad de una amplia zona para actividades económicas que permitiese la llegada de nuevas empresas a Palencia. De hecho, el Ayuntamiento estaría dispuesto a invertir 3,3 millones en una vía directa al nuevo polígono en vez de desarrollar toda la ronda norte. 

Sepes, por su parte, ha trasladado al Ayuntamiento que está dispuesta a desarrollar ese nuevo suelo industrial pero solo a demanda. Es decir, cuando haya una empresa que necesite de suelo para instalarse en la ciudad.

Ante esta situación, el Consistorio, por el momento, continúa con sus planes, que pasan por tener preparado este mismo año el desarrollo urbanístico de una parcela, la SUZ-4.AE, con la que dotar a la capital de 208.958 metros cuadrados para actividades económicas. Ese es el nombre que recibe el solar que está ubicado cerca de la carretera de Burgos, comprendido entre la calle Sevilla, la avenida de San Telmo, las vías del tren y la calle Andalucía. Son los terrenos de los entornos del Punto Limpio, del que el 70% se podrá destinar a uso industrial (156.718,50 m2) y el 30% restante, unos 68.522,4 m2, a usos terciarios.