Toyi Marcos Sosa

Desde mi ventana

Toyi Marcos Sosa


La voz de Cicerón

15/05/2022

No deja de reprender a ciertos políticos por los muchos problemas que están generando a la sociedad española. No hay más debate que el que arrastran sus incontables chanchullos dentro de un todo insoportable. Constantemente se amenazan. Destituyen a gente cabal y queda en pié quien tanto mal y desprestigio causa. Y entre tanto tejemaneje los medios de comunicación días pasados mostraban una humillante y censurable imagen del presidente al rebajar en su persona a toda la nación ante quienes quitan  la bandera española de los edificios y despachos oficiales. Destierran el lenguaje que hablan los catalanes desde hace siglos que no es otro que el castellano. Excluyen a policías y guardias civiles en el tema de las vacunas. Incendian calles. Colocan barricadas. Promueven sedición. Expanden odio entre familias y vecinos y, es tal la rufianería, que  ¡a ver de dónde salen los euros para tan bajos fines! Sin olvidar, la traición de reunirse con emisarios de Putin, etc. etc. Pero todos ellos, se aprovechan de la debilidad de quien nos traslada a la Edad Media cuando se regalaban tierras, ganados y pueblos enteros con sus gentes para que le escudaran. Como toda España, ellos conocen bien las cobardes ambiciones del actor y lo tienen fácil para subirse a sus  barbas. Saben que le da igual que este país se destruya porque no le importa absolutamente nada si se convierte en un mosaico de pueblos insolidarios y mutilados de todo sentido de integridad. Una temeridad gravísima que haría de esos territorios colonias políticas de culturas tiranas donde ya algunos sufren tal metamorfosis, que ni su padre les conoce pues ni estando juntos, se saludan. 
El jueguecito, el maniqueo, consiste en interpretar la contienda como un pugilato entre buenos y malos -o si se prefiere entre listos y tontos-, y los que tienen la sartén por el mango tienen todas las ventajas a su favor para no soltarla con el ahora o nunca. Porque cada uno de los socios que componen este oscuro Gobierno adepto solo a sus mantenedores, tiene la obsesión de identificar exclusivamente su propia versión. ¡Cicerón, alza la voz contra esta turba de políticos menguados!