El ingreso por matriculación repunta pero se hunden las ventas

David Alonso
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El incremento de los precios por la falta de stock y la adquisición de vehículos más contaminantes disparan hasta casi los 20 millones de euros la recaudación en 2022, la segunda cifra más alta del siglo

Imagen del aparcamiento de un concesionario de vehículo nuevos y seminuevos. - Foto: David Pérez

La rigidez de las matemáticas en ocasiones se ve sepultada por una realidad que contraviene sus dogmas. El impuesto de matriculación es una de esas variables que retuerce la inexorabilidad de los números. Al menos, a tenor de lo que ocurrió el pasado año en Castilla y León cuando la segunda menor cifra de coches vendidos de este siglo se tradujo en la segunda mayor recaudación  de este gravamen transferido a las comunidades, casi rozando el máximo histórico de 2019. Los 23.366 vehículos que se matricularon durante el pasado ejercicio soportaron unos impuestos de 19,2 millones de euros, un 25 por ciento más de recaudación que en el ejercicio anterior pese a que las ventas se desplomaron un diez por ciento, según los datos que maneja el Ministerio de Hacienda relativos al año 2022. Menos matriculaciones pero más impuestos. 

Una difícil simbiosis que tiene, según los expertos, su explicación en la caótica situación que vive la automoción desde que estalló la crisis de componentes, y a la que se suma la presión fiscal para expulsar a los vehículos de combustión del mercado para cumplir con las normativas europeas. Fuentes del sector sostienen que este mayor importe recaudado se debe al encarecimiento de los coches motivado por la falta de stock de vehículos provocada por las tensiones en la cadena de suministro, por la guerra de Ucrania y por el incremento de los precios de las materias primas. También apuntan a factores como la demanda de vehículos más equipados y de mayor precio, como los eléctricos y electrificados. 

Este extremo es fácilmente comprobable atendiendo a los datos que presenta el Ministerio de Hacienda. De media, durante el pasado año, el coste de los vehículos matriculados en Castilla y León fue de 22.164 euros, un diez por ciento superior a los de 2021 y casi un 25 por ciento más que en 2019. Precisamente este ejercicio, el anterior a la explosión de la pandemia, es donde se sitúa el techo de recaudación del impuesto de matriculación en la Comunidad. Veinte millones y medio de euros fueron a parar a las arcas del Estado desde Castilla y León en este concepto.

El ingreso por matriculación repunta pero se hunden las ventasEl ingreso por matriculación repunta pero se hunden las ventas

En cualquier caso, lo que es innegable es el continuado desplome en las ventas de coches en la región, cuyo dato de 2022 –23.366 matriculaciones– solo es superior al de 2011, cuando la doble recesión apretaba con más fuerza la economía mundial. De hecho, en 2020, cuando la covid-19 mantuvo cerrados durante meses los concesionarios, en Castilla y León se vendieron 7.000 coches más que en 2022, un 23% más.

Perspectivas de futuro

«Todo dependerá de si termina el conflicto en Ucrania y se normaliza la cadena logística para que se puedan entregar más vehículos nuevos. Ayudará también a sumar nuevas matriculaciones que el Gobierno acelere las medidas para impulsar los puntos de recarga rápida y las ayudas directas para vehículos electrificados», explica el director de Comunicación y Marketing de Anfac, Félix García, sobre las previsiones para atajar la continuada caída de ventas. «Manejamos dos escenarios: un crecimiento escueto del 5%, y un segundo en el que habría que sumar un 10% adicional si se solucionan los cuellos de botella en la producción. Ninguna de las dos previsiones es una buena noticia, porque estamos muy lejos de las cifras que veíamos antes de la pandemia», resume el director de Comunicación de Faconauto, Raúl Morales.