Venerar al Cristo de Medinaceli

DP
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Sin las colas de hace décadas ni el besacordón, cientos de palentinos se dieron cita a lo largo del día de ayer en la iglesia de san Miguel para honrar la imagen y mantener una tradición religiosa que data de 1934

Venerar al Cristo de Medinaceli - Foto: Sara Muniosguren

El primer viernes de marzo, la iglesia de San Miguel reúne desde 1934 a cientos de fieles devotos del Cristo de Medinaceli. La tradición, conocida como el besacordón, fue la primera que adoptó medidas de seguridad sanitaria por la pandemia, al sustituir el ósculo -beso de afecto o respeto- por una reverencia sin contacto. En 2021, la Archicofradía de Jesús de Medinaceli decidió suspender la celebración religiosa por primera vez,  ya que la provincia salía de una tercera ola que disparó los contagios y fallecidos, situación que desaconsejaba aglomeraciones ciudadanas

Ya en 2022, con la situación sanitaria prácticamente controlada, los fieles regresaron a la iglesia de San Miguel para mostrar su devoción y ayer ocurrió lo mismo. No fue como décadas atrás y, con ello, no  se produjeron las largas colas que antaño se llevaban a cabo para poder ponerse delante de la figura de Cristo de Minaceli. El besacordón, de momento, sigue sin poder hacer honor a su definición, pero sí que se mantiene muy viva la veneración durante unos minutos- más tiempo si los devotos lo estiman oportuno de  la imagen religiosa-, así como orar junto a ella y también depositar un donativo. Quien así lo quiso, se dio cota en el templo de San Miguel de 9 de la mañana a 11 de la noche.

Los hermanos de la Archicofradía escoltaron la talla, de autoría anónima, de pequeño tamaño pero de gran calidad y que data del siglo XVII, mientras un goteo de fieles pasaban junto a sus pies. Dice la tradición que hay que rezar una oración, pedir tres deseos, entonar tres padrenuestros y besar el cordón o, en este caso, hacer una reverencia. Si funciona, el año que viene volverá a repetirse la tradición.