Estando todavía despojándonos de los últimos disfraces de estos días de Carnaval y poniéndolos a buen recaudo en casa hasta una nueva ocasión, y con el sabor aún en los paladares de las sabrosas orejuelas de estos últimos días, nos disponemos a entrar a continuación en el tiempo llamado de Cuaresma para los próximos cuarenta días; que finalizará allá iniciado abril con la celebración de la Semana Santa.  
Un tiempo, éste que ahora comenzamos que, para los católicos, acogerá un período de reflexión, de perdón y de reconciliación, luego de los excesos habidos en las pasadas fiestas del Carnaval.   Y que hoy justamente, como Miércoles de Ceniza que es, iniciamos ese tiempo de penitencia con el acto del entierro de la sardina, a medio camino entre lo profano y lo religioso. 
Será una época en la que, aparte de este contenido piadoso para los creyentes, en el día a día seguro que iremos observando con especial interés cómo se nos van presentando estos en el aspecto climatológico, ya con muchas más horas de luz, y con el pensamiento puesto en la próxima primavera, que se la espera con verdadera fruición y especial contento.  
Entretanto, y en otro orden de cosas, en la vida ordinaria de a diario irán saltando al tablero de la actualidad un sinfín de acontecimientos que, aunque pareciera que todo estaba ya escrito, nos seguirán sorprendiendo, porque el mundo es muy grande y las posibilidades para que estos hechos trasciendan al minuto a todo el planeta son infinitas, habida cuenta de la facilidad existente en las comunicaciones vía Internet.  Así que sorpresas que nos asombrarán o que incluso nos desconcertarán, cuando no nos sobresaltarán, las habrá por lógica existencial. 
Y también, a medida que avancen los días y con ellos los meses, y puesto que estamos en tiempo preelectoral -a tres meses y días de las elecciones municipales-, vamos a ir notando cómo todo el mundillo de la política se mueve, y a qué velocidad, además…
Y así, pasará que vamos a ir conociendo, más pronto que tarde, los nombres de quienes encabezarán las listas electorales postulándose de esta manera como alcaldes; muchos de ellos causando más de una sorpresa.