Ilia Galán

Ilia Galán


Deshacernos

22/11/2021

Mucho empeño hay para que no se deshagan las fronteras de nuestra provincia por ausencia de habitantes, para que los pueblos y las lejanas aldeas no se diluyan en el polvo del olvido, bajo los escombros de la desidia. No en vano la Diputación anunció un presupuesto para afrontar el reto demográfico, pues si desaparecen nuestras poblaciones rurales, ¿quién cultivará las tierras y criará las ganaderías? Pérdidas que no podemos permitirnos. Por eso hay apoyo a los municipios y a los servicios sociales y bien habrán de administrarse los dineros, que no son tiempos para desperdiciar ni el más mínimo resto. También el gobierno de Castilla y León parece apostar por empresas que prestan servicios a los mayores, nuestros ancianos, en las zonas rurales. Y es que entre unas cosas y otras, las noticias son escalofriantes, cuando vemos que uno de cada cinco niños en Palencia sufren el riesgo de la pobreza, al borde del abismo, como un mayor y medio de cada diez. Si no se desarrollan estructuras laborales, difícilmente podremos mantener la población rural y tampoco podremos parar la miseria en las grandes poblaciones o en la capital. Miseria implica aumento de la delincuencia, robos, desesperación y alcoholismo o drogas. Aunque Palencia es la tercera provincia de Castilla y León con mayor riesgo de pobreza infantil, está mucho menos mal que el sur de España, donde la situación puede llegar a ser extrema, como en Extremadura: en Badajoz casi la mitad de los niños padecen ese riesgo (49%), y Cáceres tampoco baja apenas (47'8%). No parece tanto porque tiende a ocultarse, hay vergüenza de mostrar que se necesita y solo cuando no hay más remedio muchas familias dejan ver sus vestidos desgastados o rotos, pero ¿quién ve el frío que en casa padecen, sin calefacción o sin apenas luz? No es esta la España que parecía tan rica y bullente hace pocos años. Son demasiados los que sobreviven repartiendo meticulosamente las pensiones. Y nuestros campos abandonándose porque no son rentables, porque cuesta más el combustible y los impuestos que lo que producen... Pero no podemos deshacernos; hemos de colaborar para rehacernos.