Los panaderos temen cierres por los altos costes productivos

J. Benito Iglesias
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La fluctuación de precios como el de la harina básica, aceites, la luz y el combustible para los hornos y vehículos de reparto está ahogando económicamente a numerosos negocios

Los panaderos temen cierres por los altos costes productivos - Foto: Juan Mellado

El conflicto bélico tras la invasión de Ucrania por Rusia y sus múltiples repercusiones es el tema de conversación de los últimos días en muchos ámbitos empresariales, pero en alguno, como el de la panadería, la situación empieza a ser muy preocupante. De persistir los altos costes energéticos y productivos al dispararse los precios de varias materias primas, el sector teme que en algunos negocios no se pueda aguantar la situación mucho tiempo por las pérdidas y se vean abocados a un posible cierre.

«Estamos todos con los pelos de punta y sin saber qué dirección tomar ni hacia dónde ir. Ya veníamos asumiendo un 30% de incremento de costes y ahora esa cantidad se puede duplicar. El gasto fijo diario de gas, luz y calefacción como principales fuentes para producir está por la nubes», indica María Franco, presidenta de la Asociación Provincial de Panaderías. 

El colectivo cuenta con 24 empresas asociadas sobre un total aproximado de medio centenar de panaderías repartidas por la capital y la provincia que representan a trabajadores  autónomos, tiendas y repartidores con cerca de 3.000 empleos directos e indirectos.

«Semanalmente, cuando hacemos un pedido de harina, aceite o de cualquier otro producto para el pan o repostería no sabemos cuánto vamos a pagar porque los precios están subiendo de forma constante», añadió la empresaria.

En esta línea, concreta que los panaderos están recibiendo cartas de todos los distribuidores y proveedores que comunican que, dada la complejidad de los mercados, no  pueden fijar un precio aproximado ni si se dispondrá de la mercancía.

«Nos piden por favor que respetemos el orden de pedidos para poder garantizar que se puede servir a todos los productores, dado que empieza a haber un desabastecimiento de materias primas para el sector de productos de panadería y sus derivados», explica.

ANTE TODO MUCHA CALMA. No obstante, María Franco intenta transmitir «calma» a sus compañeros de profesión y a los consumidores para ver cómo evoluciona una situación que genera incertidumbre. «Ahora estamos en un punto de inflexión. Si, por ejemplo, subimos el pan un 15%, que ya supone dinero, no sabemos siquiera si podremos cubrir su coste real. El problema es que se trata de un producto con precio estático, al contrario que el de la fruta, la carne o el pescado que van fluctuando. Es problemático, porque los pequeños productores se pueden ver penalizados si incrementan precios, ya que en otros puntos de venta los productos de panadería se pueden encontrar más baratos», lamenta.

De momento, la máxima responsable de la Asociación Provincial de Panaderías cree que hay que actuar de forma conjunta con los proveedores, distribuidores y consumidores. «El problema real es que nosotros no dejamos de trabajar cada día, sigues produciendo y vendiendo y, dentro de tres meses, al analizar los gastos y tener que hacer frente a ellos, vemos que superan los beneficios. Es una realidad que les está pasando a los agricultores y ganaderos, junto a otras industrias como la de cerámica que están parando sus hornos al no ser rentable fabricar», manifiesta.

Al final, pese a que el sector panadero vive momentos duros, prefiere evitar catastrofismos. «Al final se tiene que llegar a un punto de no retorno en la escalada de precios. Alguien tiene que intervenir, no sé si a nivel autonómico o nacional, para que se termine con una situación que pone en peligro el mantenimiento del empleo y de puesta a la venta de un producto básico de consumo diario», señala María Franco.

«Todo es una cadena y en nuestro sector algunas industrias se están planteando el cierre. La idea es ajustar costes y que el precio del pan pueda fluctuar como el de otros  productos alimentarios. Se trata de aguantar el temporal que viene y que esta situación se revierta, acabe la especulación con algunos productos que escasean y que no lo suframos tanto ni los pequeños negocios ni el consumidor», concluye.

 

La escalada de precios preocupa a las empresas

Desde la Cámara  Oficial de Comercio e Industria «no se tiene constancia» de empresas que hayan tenido que dejar de producir por el fuerte incremento de los costes productivos, energéticos o la escasez de materias primas, máxime tras el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

No obstante, la subida de precios es algo que ya se viene produciendo hace meses, incluso antes del conflicto bélico, y que tiene en vilo a muchas empresas de la capital y provincia. «El incremento es constante en las materias primas que más se utilizan aquí, caso de elementos basados en trigo, harinas o el aceite de girasol, junto a producto de consumo agrícola o ganadero. Esta situación afecta a todos los sectores empresariales y esos comentarios nos llegan todos los días», según explicaron fuentes de la entidad cameral.

Respecto a las importaciones o exportaciones a Rusia y Ucrania desde la provincia no hay novedades. «A título individual no hemos tenido consultas sobre envíos de mercancías paralizadas. En las aduanas de Ucrania todo está retenido. Hasta hace unos días solo funcionaba el puerto de Odessa y recientemente ha dejado de estar operativo», añadieron.