Pago los platos rotos

Alberto Moreno
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Contundente triunfo del Zunder Palencia ante el Almansa

Pago los platos rotos - Foto: Óscar Navarro

Objetivos cumplidos: sumar un nuevo triunfo, lamer las heridas de la última derrota, disipar dudas si las hubiere, seguir con buenas sensaciones y no tener excesivo desgaste  cara al partido del sábado y la final copera. Almansa fue presa fácil para un Zunder muy superior que jugó en modo líder, o colíder.

Pedro Rivero, técnico morado, puso en liza a su quinteto de gala, el que ya se pronuncia casi de memoria: Wintering, Chumi Ortega, Schmidt, McGrew y Kasibabu. Cinco jugones, dinámicos, complementarios y polivalentes. Los cinco jugadores ideales para abrir brecha, mostrar el camino y encender a la grada; para, en definitiva, calentar la Caldera de Castilla, que no llegó a llenarse, pero cerca estuvo, lo cual tiene mérito teniendo en cuanta que el partido no se jugó en el día habitual de los viernes. Este equipo engancha y enamora, no hay duda. El big five veía canasta con facilidad, con un demoledor Kasibabu y provocó el primer tiempo muerto del técnico del Almansa (15-8 a los cinco minutos), Tino Ugidos, exsegundo entrenador morado. Dio sus frutos, porque el cuadro almanseño acortó diferencias. Rivero fue dando entrada a la unidad B, hasta el punto de utilizar a otros cinco jugadores y acabar con ellos el primer periodo: Germán Martínez, Kamba, Manu Rodríguez, Kostadinov y Rozitis. La idea era y es mantener el ritmo siempre vivo y alto. Es la ventaja de tener un fondo de armario repleto y de calidad, 23-17 en el primer cuarto.

Almansa se mantenía, pese a todo, vivo en el partido. Es un equipo atrevido, pese a que su clasificación le pueda apretar. Si vencía daba la campanada, si perdía con méritos, ganaba en autoestima. Win-win se llama. Como en partido se desarrollaba con cierta monotonía, con intercambio de canastas y sin que los morados abriesen la brecha definitiva, entraba el marine Ortega para darle una marcha más al partido, para contagiar de su entusiasmo e intensidad a sus compañeros. Dicho y hecho, +10 tras una canasta del propio jugador murciano en una acción malabarista con McGrew (43-33 al descanso). Un marcador que empezaba a ser amplio, pero que no reflejaba fielmente la sensación de superioridad local. De hecho, como demoledor dato, la valoración conjunta se disparó en este primer periodo, 62-24.

No repetían los Zunder five en el inicio del tercer cuarto (Manu por Schmidt) tras un descanso un poco más largo por la avería del marcador de posesión de una de las canastas, resuelto con celeridad y cierto riesgo en las alturas por los operarios. Con el asesino silencioso (Manu Rodríguez) el marcador se disparó en minuto y medio (+16). Ugidos llamó a consultas a sus jugadores. Wintering cometía la tercera falta, pero el talentoso Germán Martínez es otra garantía en la dirección. Como ha venido sucediendo en muchos partidos en esta temporada y casualidad no debe ser, el tercer cuarto fue demoledor, sentenciando el partido. Siempre es bueno reservar energías para lo que se avecina. +23 a cinco minutos para acabar este periodo. Almansa pedía la cuenta, en la que estaban incluidos los platos rotos de cinco días antes. Un menú caro. Kasibabu a lo suyo, sembrando el miedo en ambas pinturas. Los albaceteños lo fiaban todo al triple. Capicúa en al final del periodo, 64-46.

El último cuarto se inició con un intento de mate del base Germán Martínez, que para resarcirse anotó un triple en la acción siguiente. Atrevimiento y confianza, se llama, la que daba el marcador. Fue un cuarto para cubrir el trámite, para tener más minutos los menos habituales (incluso entrando Mendy y Merlo) y algunas acciones espectaculares que levantaron a la grada. Llega ahora el sábado el viaje a Oviedo antes de la Copa Princesa, donde no tendrá un camino tan plácido. Allí no olvidan la negativa del club morado a la suspensión del partido en la ida.