Dionisio Lamas Muñoz

Tribunal Libre

Dionisio Lamas Muñoz


Políticas demagógicas

31/10/2022

Son esas políticas perversas, que aprovechan la ignorancia del pueblo, o su escasez de recursos económicos, o su falta de valentía para oponerse a las retóricas vacías, las cuales indignan al más sencillo de los humanos. Esas políticas se adentran en la mente y manipulan la voluntad humana, con el fin de conseguir el poder, y desde la tiranía del mismo, pretenden someter la conducta y el pensamiento humano hacia el inframundo de la oscuridad, hacia ideologías sangrientas y despiadadas, cuya historia está vestida de luto al correr de los tiempos.
Las políticas demagógicas son propias de líderes de barro, cuya cultura se fundamenta y se ciñe en el engaño y en el fracaso; de cultura corta y de carácter efímero; subterfugio inmoral nacido para la deformación del pensamiento y de la conciencia, son por ello políticas de mercachifles, las cuales inducen al ser humano, hombre o mujer, a recoger ideas pragmáticas regresivas a toda formación humanística, llevando a la persona humana a su degradación interior y exterior, de consecuencias psicológicas y biológicas devastadoras, incitadoras a la destrucción de la vida en toda su amplitud, estimulan la esclavitud ideológica, anulan la libertad de expresión y su crítica sosegada, todo ello con el fin de formar seres decrépitos animados a perecer bajo el manto de muertes dignas antes y después de nacer.
Las políticas demagógicas usan la filosofía mecanicista, porque omiten los sentimientos personales, discrepan de la sensatez y del diálogo, desconocen las emociones, y dan voz a la intolerancia la cual se manifiesta desde la soberbia y la prepotencia irrefrenables, en perpetuo antagonismo con la humildad, la sencillez y la paz, estas dan luz al mundo, las anteriores solo miseria y soledad.
Las políticas demagógicas son creadoras de confusión en su intento de cambiar el mundo a su antojo, producen crispación en las gentes con sus leyes al margen del consenso o del referéndum, pero surgidas del submundo de ideas personalistas, contrarias a la mayoría del pueblo o nación, pero impuestas desde la coacción o la tortura física y psicológica. Tales políticas son heteróclitas, emanan desde la inmoralidad, porque aborrecen la pluralidad y no cuentan con ella.