Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Poner paz

15/11/2022

Debiéramos estar más en disposición responsable; sobre todo, para repensar los modelos de crecimiento y desarrollo económico que nos han llevado a una degradación ambiental y a que la población, en su conjunto, no se ponga al servicio de la persona humana. Reducir desigualdades, combatir exclusiones y romper cadenas que nos esclavizan, han de ser nuestras obras. Esto implica invertir en la ciudadanía, para que todas las personas gocen de una calidad de vida que les permita avanzar, desde la diversidad y los progresos. En consecuencia, uno de los grandes compromisos que debe ser examinado y reconducido es el de la justicia social. Una vida plenamente humanitaria, quedará asegurada familiarmente cuando los recursos tengan una distribución equitativa. De lo contrario, fomentaremos atmósferas ilícitas, con un crecimiento demográfico que se concentra cada vez más en los países más pobres, cuando en realidad debemos trabajar todos unidos, sin fronteras ni frentes que nos dividan, reconstruyendo un futuro en saludable vecindad. Los beneficios de invertir en el capital humano de los desfavorecidos, con mayores oportunidades de educación y empleo decente, han de contribuir a que ese manantial de discordancias se achique y aminoren también los conflictos. Poner paz es también un cometido que tenemos que llevar a buen puerto. Cada día son más las poblaciones golpeadas por las guerras y la violencia. Es cuestión de que trabajemos por un planeta más fraterno y justo. Así, los gobiernos han de centrarse en el bien colectivo, en dar respuesta benéfica a tantas gentes abandonadas por el sistema. También hay que proveer de un nuevo sentido a la economía, no puede continuar tan solo del lado de los poderosos, para sus particulares intereses y crecimiento. Necesitamos reorientar producciones y no desperdiciar recursos que son de todos. Además las religiones cuentan con recursos para favorecer juntas el progreso de una alianza ética que promueva el respeto y el cuidado de la creación. Sea como fuere, tenemos que activar la creatividad en la construcción de un futuro saludable y pacífico, siendo sensibles a la voz de los marginados y comprometiéndonos, con el valor de sentirnos rama de un tronco.