El óleo que representa el martirio de San Sebastián, de El Greco, no es solo uno de los mayores tesoros de la catedral palentina, sino también uno de los grandes atractivos de Renacer, la exposición conmemorativa de su séptimo centenario. Sin embargo, ha tenido que abandonarla en respuesta a un compromiso de préstamo previo a la muestra catedralicia, para ser expuesto en Budapest. Es una obra muy solicitada por museos de todo el mundo y en esta ocasión no ha cabido una negativa.

Su lugar al pie de la nave del Evangelio lo ocupa ahora un cuadro de la Virgen con el Niño Jesús y San Juan niño, de Andrea del Sarto, pintor florentino encuadrado en el manierismo, que bebió de los más grandes renacentistas. La obra está datada en 1515 y perteneció a la iglesia de San Lázaro, aunque en la actualidad forma parte de los fondos del Museo Diocesano.

Es posible que no permanezca en la exposición Renacer hasta su clausura el 11 de diciembre próximo, sino que sea reemplazado por el titulado La Transfiguración, de Juan de Villoldo, perteneciente a la catedral y que en estos momentos está sometido a labores de limpieza y restauración, de la mano de la especialista Celia Rosa García.