Cinco mujeres mueren cada hora en el mundo a manos de familiares

Agencias
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La ONU advierte que estos asesinatos pueden prevenirse y que es trabajo de los gobiernos y de la Justicia crear las medidas de protección necesarias para intentar revertir esta situación

Una manifestante protesta contra la violencia machista en las calles de Lima - Foto: EFE

Los feminicidios constituyen una nueva emergencia social y sanitaria en el mundo. Así lo revela el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) publicado ayer, que alerta que las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas en el hogar. En concreto, el documento recoge que, en promedio, más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por parejas íntimas u otros miembros de la familia en 2021.

Este texto de la ONU llega dos días antes de la celebración mañana del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y, según explicó la propia organización, supone un «recordatorio espantoso de que la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones de Derechos Humanos más generalizada en todo el mundo».

El estudio determina que, de todas las asesinadas intencionadamente el año pasado, alrededor del 56 por ciento fueron atacadas por parejas íntimas u otros miembros de la familia (45.000 de 81.000), lo que, según los expertos, demuestra que «el hogar no es un lugar seguro para muchas de ellas».

Por el contrario, el trabajo de la ONU determina que solo uno de cada 10 (concretamente el 11 por ciento) de todos los homicidios que se cometen sobre hombres se producen en la esfera privada.

La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, estimó que «detrás de cada caso de feminicidio está la historia de una mujer o una niña a la cual se le ha fallado», ya que, a su juicio, «estas muertes se pueden prevenir» con las herramientas y el conocimiento existentes.

«Las organizaciones de mujeres ya se encuentran supervisando los datos y abogando por un cambio en las políticas y la rendición de cuentas. Ahora necesitamos la acción concertada en toda la sociedad que haga realidad el derecho de las féminas a sentirse y a estar seguras en el hogar, en las calles y en todas partes», declaró.

Mientras, la directora ejecutiva de la Unodc, Ghada Waly, hizo un llamamiento a «contar a todas las víctimas, en todas partes del planeta» para poder luchar contra esta lacra. A su juicio, hay que «mejorar la comprensión de los riesgos y los factores que impulsan los feminicidios para que se puedan diseñar respuestas mejores y más eficaces en materia de prevención y justicia penal».

Y es que, tal y como señalan los expertos, aunque los números conocidos ya son «alarmantes», no se conoce la «verdadera escala del feminicidio» dadas las «incoherencias en las definiciones y criterios entre los países» que no permiten contabilizar a todos los casos.

África, en el punto de mira

En cuanto a las diferencias mundiales, la ONU advirtió que, si bien la violencia machista es un problema que afecta a todos los países, de acuerdo con el informe, en términos absolutos, Asia registró el mayor número de homicidios por motivos de género en la esfera privada el año pasado, mientras que las mujeres y las niñas corren más riesgo de ser asesinadas por sus parejas íntimas u otros miembros de la familia en África.

En 2021, se calculó que la tasa de este tipo de asesinatos fue de 2,5 por cada 100.000 mujeres en África, en comparación con 1,4 en América, 1,2 en Oceanía, 0,8 en Asia y 0,6 en Europa.

Al mismo tiempo, los resultados sugieren que el inicio de la pandemia en 2020 coincidió con un aumento significativo de las muertes por cuestiones de género en América del Norte y, hasta cierto punto, en Europa occidental y meridional.

Ante esta situación, los expertos proponen medidas para la identificación temprana de las personas afectadas por estas agresiones, el acceso a la asistencia y la protección centradas en las sobrevivientes, asegurando que la Policía y los sistemas de justicia respondan mejor a sus necesidades, y la prevención primaria mediante el abordaje de las causas profundas de esta clase de violencia, incluso mediante la transformación de las masculinidades nocivas, las normas sociales, la eliminación de las desigualdades estructurales de género y los estereotipos de género.

«El fortalecimiento de la recopilación de datos sobre feminicidios es fundamental para guiar la creación de políticas y programas destinados a prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas», insistieron desde la ONU.