Villamuriel de Cerrato es el vivo ejemplo de que nada tienen que ver las elecciones autonómicas con las municipales, y que en las primeras se vota a unas siglas y en las segundas todo depende del candidato a la Alcaldía.
Y es que, pese que allí gobierna el Partido Popular, la victoria del 13-F fue para el Partido Socialista. No obstante, no todos fueron alegrías para los seguidores de Luis Tudanca de la localidad villamurielense, pues, pese a la victoria, pierde fuelle si se comparan los resultados con los obtenidos tres años atrás: 1.283 votos de ayer frente al os 1.533 de 2019, 250 menos.
Lo contrario ocurrió con el PP (807) que, pese a mantenerse como segundo partido, arañó unas pocas papeletas, 21 más que en 2019 para ser más exactos. Más notable fue el aumento del electorado para Vox, que superó la barrera del medio millar de votos (508), muy por encima de los que obtuvo Unidas Podemos (222) y Ciudadanos (145).
Tal fue el descalabro de los liberales que la candidatura que encabezaba José Manuel Otero se quedó por debajo de Unidas Podemos, conformándose con la quinta plaza como fuerza más votada.