El centenario del fallecimiento del novelista francés Marcel Proust ocupa estos días espacio suficiente en la prensa escrita, especialmente en algunos suplementos de cultura, como para invitar a su recuerdo. Fue el dieciocho de noviembre. Y lo mismo podría decirse del hallazgo de la tumba de Tutankamón, en el Valle de los Reyes y en las mismas fechas, por Howard Carter, aunque en este caso al protagonismo del faraón y el arqueólogo se sumó el de Lord Carnavon. Si una vez sobrepasadas ambas conmemoraciones se midieran en términos cuantitativos -espacio en prensa escrita, imágenes en televisión o locuciones en radio- es posible que el novelista resulte perdedor.
Algo peor puede ocurrirle al tercer centenario que coincide en el tiempo con estos dos. Se trata de la aparición de la radiodifusión pública puesto que también en aquella época, el catorce de noviembre, comenzó sus emisiones la BBC inglesa -bajo la fórmula experimental de un servicio de radio- así como la Komitern rusa y la Radiola francesa. Estas dos lo hicieron un poco antes puesto que iniciaron su andadura el 1 de septiembre y el 6 de noviembre respectivamente. Más tarde la BBC se convirtió en una entidad de servicio público y luego incluyó el servicio de televisión, convirtiéndose así en un conglomerado monumental que sigue siendo una oportuna fuente de información y que se ha reproducido en otras naciones con mejor o peor fortuna.
 En el fondo los tres acontecimientos hablan de compañía aunque de distinta manera en cada caso. La obra de Proust, y la de cualquier autor, necesita silencio, aislamiento y un lugar cómodo para convertirse en un consorcio francamente agradable, entre otras razones porque cualquier libro lo es. El descubrimiento de la tumba egipcia quizá sea más recomendable para ser recordado mediante el mundo de las imágenes, fotográficas o televisivas, aunque tal vez sea aconsejable recurrir al papel y a los libros para obtener una visión de conjunto. Con la radio, y sirve también para las emisoras de este país, ocurre lo mismo. De alguna manera, tal como apuntó Luis del Olmo en una conferencia pronunciada en 1982 en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, es una compañía útil para formar, informar y entretener.