Hace unas pocas semanas lograba abrir la puerta grande en el arranque de la temporada en Las Ventas con una lección de temple. Al primero lo pinchó, pero con el segundo estuvo certero
Así fue, con el primero que me tocó en suerte estuve bien, pero lo acabé pinchando y perdí toda opción de llevarme un trofeo. Así que con el segundo no podía dejar pasar la oportunidad, tenía que matarlo sí o sí y me tiré con todo para que no se me escapara lo que me había ganado por méritos propios.
Hacía 11 años que un novillero no cortaba dos orejas a un mismo novillo en Madrid y 44 años que nadie salía en volandas en el primer festejo de la temporada en Las Ventas
Me siento muy orgulloso de lo que he conseguido, ya que esos datos dejan a las claras lo difícil que resulta lograr triunfos en la que es la primera plaza del mundo. Ahora lo que tengo son ganas de seguir ratificando día a día aquello que hice en Las Ventas el pasado 27 de marzo. Esa es la mejor forma de que la gente me conozca y sepa que estoy aquí no de paso, sino para quedarme.
Si emocionante fue salir a hombros, no quedó atrás ese abrazo que recibió de sus padres
Todo fue precioso ese día. Cruzar la puerta grande de Las Ventas, el sueño de todo novillero y torero, y salir en volandas a la calle Alcalá en medio de ese gentío supuso un momento emocionantísimo, como también lo fue ese abrazo que me dieron mis padres. En todo momento ellos han estado a mi lado, apoyándome a muerte y es algo por lo que siempre les estaré agradecido.
Más información en la edición impresa y en la app de Diario Palentino