Tras unos meses al frente (por tercera vez) de la asociación hostelera vallisoletana, Jaime Fernández, con experiencia en el sector desde hace más de 40 años, afronta ahora el reto de dirigir la confederación regional, que ocupa una gran parte de su actividad diaria actual y es complicado no pillarle en una reunión o alguna presentación turística. 

¿Por qué decide encabezar la confederación regional con la cantidad de trabajo que ya tenía con la asociación vallisoletana?

Fue por el apoyo de las nueve provincias. Hemos hecho un planning de trabajo en el que yo soy la cabeza visible, pero todos vamos a trabajar juntos. No va a ser Jaime Fernández solo, sino nueve presidentes trabajando al unísono y eso fue lo que me impulsó a presentarme.

¿Qué objetivos se marca a corto plazo?

Somos los representantes de más de 3.000 empresas y eso nos lo ha reconocido ya la Junta, con lo que estamos muy contentos. Ahora vamos a trabajar sobre todo en las ayudas de eficiencia energética, porque tenemos unos problemas tremendos con todas las subidas de electricidad, gas y las materias primas, ya que los márgenes son cada vez más pequeños. Otro de los objetivos es crear un congreso internacional gastronómico de Castilla y León, porque es necesario que la Comunidad se vea reflejada en España y a nivel internacional.

Una de sus primeras acciones ha sido reunirse con el director general de Turismo. ¿Cómo espera que sea el diálogo con las administraciones públicas?

Fue una reunión bastante fluida y muy interesante. Teníamos prácticamente los mismos puntos, porque yo soy de los que me gusta hacer una cosa, trabajar, terminarla y pasar a la siguiente, y hemos pedido que tengamos una comunicación fluida para intentar solucionar cualquier problema en el momento. Le propusimos que incluya en el nuevo plan estratégico de turismo para 2024 una sección de hostelería para poder representar al turismo en lo gastronómico, que a final representamos el 7% del PIB regional.

¿Confía en que su petición de ayudas para paliar los gastos energéticos no caiga en saco roto?

El problema de esas ayudas, que ya se sacaron en el mes de diciembre, es que son del Estado y lo que tienes que hacer para cumplir los requisitos se queda corto.Por ejemplo, en el caso de los hoteles está enfocada para grandes cadenas, pero nunca llegan para hoteles pequeños o medianas empresas. Lo mismo ocurre con bares y restaurantes, donde hemos pedido que realmente sean eficientes, que cuando salgan podamos participar todos y no se queden en un saco roto y ese dinero se pierda como está ocurriendo.

Uno de los graves problemas a los que se enfrentan es la falta de personal. ¿Cómo se puede solucionar?

Es un problema con el que llevamos tiempo, ya no solo la hostelería, todos los tipos de servicio. Han cambiado los hábitos de consumo, del cliente y la generación que viene no entiende que la hostelería es un futuro, lo ven como un trabajo puntual. La hostelería es mientras tu te diviertes, tienes que trabajar, y a estas generaciones nuevas pues les cuesta mucho. Y después tenemos un problema muy grave, que yo llevo reclamando hace mucho tiempo, como son las ayudas que se dan, porque pese a ofrecer el sueldo que marca el convenio y la jornada laboral, no les interesa. Las ayudas son fundamentales para las familias que están necesitadas porque tienen que tener un bienestar, pero gente que realmente puede trabajar, me parece una falta de respeto para todos que no quiera hacerlo.

 Y ahora que llega la época de la primavera y de eventos, ¿teme que aumenten estos problemas?

No hace falta llegar a la primavera. Cada vez hay más paro porque las facturas energéticas son descomunales, cada vez se paga más por la renta del local, los márgenes que son mínimos con la subida de las materias primas y que se está repercutiendo lo mínimo posible porque realmente entendemos que si se repercute va a bajar el consumo... ¿Cómo se va a suplir eso? Con reducción de mano de obra y yo soy de los que apuesto porque el paro va a aumentar por ese motivo.

¿Sin embargo esa subida de los precios parece no estar generando una pérdida de clientes?

Al revés, tenemos que dar las gracias porque desde la pandemia el ciudadano ha respondido a la hostelería. Y ahora se está viendo. Estamos ajustando muchísimo pero entendemos que para que haya un consumo tiene que haber esas pequeñas subidas que no son reflejo realmente de las que estamos teniendo. Y ese es uno de los problemas que se va agravando más porque sigue subiendo más la materia prima, sigue subiendo la materia energética y como los márgenes son más pequeños, al final lo que haces es reducir personal y horas de trabajo para poder cubrir todo esto.

¿Se vende poco la gastronomía de Castilla y León a nivel regional?

Yo creo que sí. Aquí nos salva realmente el concepto de tapas de algunas provincias y el de restaurantes que trabajamos, que son dos puntos maravillosos, pero yo creo que tenemos que darnos y creérnoslos porque Castilla y León tiene un potencial enogastronómico brutal y encima tenemos un patrimonio grandísimo. Pero ya no solamente que nos conozcan en Málaga y vengan aquí, sino internacionalmente tienen que ver que el turismo interior de Castilla y León es superatractivo y eso hay que conseguir que se vea fuera. Traspasando nuestra fronteras no estamos en la posición que teníamos que estar. Las provincias sí, van como tiros, van haciendo su publicidad turística y van trabajando, pero yo creo que haciendo fuerza entre las nueve podemos ser de las principales comunidades a nivel enogastronómico.

¿Cuál es la situación del ocio nocturno?

Pues muy problemático porque los hábitos de consumo han cambiado totalmente, se trabaja más las comidas y las copas de después, y el ocio nocturno está sufriendo mucho. Además, hay un problema importante que estamos trabajando como es el tema de los ruidos, porque es una problemática en todas las provincias y me parece injusto que se castigue a una zona por un solo bar, porque muchas veces se penaliza y eso no es justo.