El rompecabezas de los eco-regímenes

M.H. (SPC)
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La nueva PAC arranca el 1 de enero, pero muchos agricultores están sembrando sus cultivos sin tener claro cómo va a afectar esta figura a sus explotaciones ni qué deben hacer para acogerse a esta figura, que acapara el 25% de los fondos comunitarios

El rompecabezas de los eco-regímenes

El 1 de enero, en apenas dos meses, entra en vigor la nueva Política Agraria Común. Tras años de reuniones a todos los niveles, debates y correcciones, los agricultores y ganaderos de la Unión Europea ya saben a qué atenerse. O esa es la teoría, porque, en realidad, la partida más importante de los presupuestos de la UE está generando entre los profesionales del campo sobre todo una sensación: incertidumbre. «Es complejo» es una de las frases más utilizadas, incluso entre personal de las organizaciones agrarias que está acostumbrado a lidiar con la PAC día sí y día también. Hasta personal técnico del Ministerio de Agricultura está lleno de dudas.

Esta nueva PAC trae numerosos cambios, pero sin duda el que más inquietud está generando es la aparición de los llamados eco-regímenes (también denominados hasta ahora ecoesquemas). Según explica a Cultum José Luis Miguel, director técnico de COAG, «cambia el sistema de concesión de ayudas». Hasta ahora, «el pago básico más el pago verde constituían el 85% de las ayudas. A partir de este año, el pago básico se llevará el 50%, el pago verde desaparece y los eco-regímenes acaparan el 25%» (en realidad se comienza con un 23% y se llegará al 25% en unos años). Es decir, una cuarta parte del dinero proveniente de la PAC que perciben agricultores y ganaderos dependerá de esta nueva figura, que de momento no está demasiado clara.

Pero, ¿qué son los eco-regímenes? Básicamente se trata de compensaciones por llevar a cabo prácticas beneficiosas para el medio ambiente. Nuria Ruiz, gerente de ASAJA en Castilla y León, hace hincapié en que se trata de eso, de compensaciones, ya que esas prácticas sostenibles «le van a costar dinero al agricultor»", ya sea en forma de gastos a mayores por los insumos necesarios, de merma en los rendimientos de la explotación o de ambas cosas al mismo tiempo. «Se va a reducir el importe de los derechos (pago base) y esa cantidad que se detrae podrá recuperarse con los eco-regímenes», añade. Se trata de una manera de forzar a los agricultores a que lleven a cabo estas prácticas, aunque no siempre va a ser tan sencillo.

Se han establecido nueve tipos de eco-regímenes a elegir para que los profesionales puedan optar a ese 25% de ayudas que, en muchos casos, puede ser necesario para mantener la rentabilidad de la explotación. Existen dos para los pastos ganaderos, tres para las tierras de cultivo arables, tres para cultivos leñosos permanentes y uno más que puede aplicarse tanto a tierras arables como a leñosos. Estas nueve figuras son opciones que tiene el agricultor o el ganadero para acceder a esa cuarta parte de los fondos.

El problema está en saber cuáles son los más adecuados, cuánto va a suponer en términos de rentabilidad, en cuánta superficie hay que aplicarlos… José Luis Miguel admite que un porcentaje altísimo de los agricultores, por no decir todos, van a necesitar asesoramiento. Y Nuria Ruiz añade que, además, es posible que no en todos los casos sean convenientes, ya que puede llegar a suponer una pérdida de rentabilidad. «No hay que olvidar que son compensaciones por prácticas que cuestan dinero, pero a veces esa ayuda recibida es menor que la inversión para conseguirla».

Las dudas (y las quejas) son numerosas. Las organizaciones agrarias, tanto a escala nacional como regional y local, están llevando a cabo un auténtico maratón de charlas informativas para sus socios intentando explicar cómo van a funcionar estos eco-regímenes, pero las cosas siguen sin estar claras. Estas mismas organizaciones llevan semanas pidiendo flexibilidad en las normas de aplicación, al menos durante este primer año, ya que muchos agricultores están ya comenzando con la sementera sin tener nada claro lo que va a ocurrir o si van a poder cobrar ese 25% de ayudas.

Debido a ello, desde el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) se declaraba hace un par de semanas que «se estima necesario que las autoridades competentes de las comunidades autónomas puedan adoptar, lo antes posible, una serie de flexibilidades de los requisitos que se van a exigir a los potenciales beneficiarios de dichas ayudas (eco-regímenes), teniendo en cuenta para ello las necesidades y realidades propias de sus respectivas regiones». Es decir, quienes pretenden que se aplique se dan cuenta de que establecer nueve figuras rígidas para una diversidad tan enorme como la que hay en el campo español no es demasiado viable. El FEGA añade que «las decisiones productivas de los interesados han de tomarse en determinados casos con cierta antelación, teniendo en cuenta los calendarios de siembra o plantación para los cultivos de ciclo anual, lo que hace necesario adelantar la posibilidad de acordar siquiera precautoriamente tales flexibilidades al momento en que los beneficiarios requieren conocer dicha posibilidad».

Y hace unos días, el propio FEGA publicaba una resolución por la que se establece el régimen transitorio de flexibilidades a adoptar por las autoridades competentes de las comunidades autónomas en relación con las ayudas a los eco-regímenes. Estas medidas son de carácter provisional y deberán ser ratificadas en la normativa nacional que se está tramitando y que regulará la aplicación, a partir de 2023, de las intervenciones en forma de pagos directos y el establecimiento de requisitos comunes en el marco del Plan Estratégico de la PAC.

Entre estas medidas se lee que «cuando las condiciones lo aconsejen, se podrá reducir el tiempo de pastoreo hasta los 90 días (la cifra estipulada era de 120) y se podrán ajustar las cargas ganaderas máximas y mínimas». También figura que en la rotación de cultivos con especies mejorantes (leguminosas básicamente), el requisito de que al menos el 50% de la superficie de tierra de cultivo presente cada año un cultivo diferente al cultivo previo podrá ser rebajado en algunos supuestos. En la práctica de cubiertas vegetales espontáneas o sembradas en cultivos leñosos se permitirá cierto laboreo, en principio prohibido, y se flexibilizará la exigencia de que dicha cubierta se mantenga viva al menos cuatro meses (la sequía o el clima propio de ciertas regiones de España lo hacen imposible). Asimismo, en el caso de que esa cubierta vegetal sea inerte (podas), se permitirá el uso de fitosanitarios o el enterramiento en el caso de presencia de posibles plagas.

Se trata de comenzar poniendo las cosas más sencillas ante la incertidumbre reinante.

¿Cómo se reparten?

Cada uno de los eco-regímenes tiene un presupuesto propio adjudicado. Pero, ¿qué ocurre si las solicitudes para uno de ellos exceden esa cantidad prefijada? Nuria Ruiz explica que «existen mecanismos» para poder tomar parte del presupuesto de uno con poca demanda y usarlo para cubrir el exceso que pueda darse en otro. También hay herramientas, añade, para poder utilizar lo que pudiera sobrar de ese 25% para otros fines que no sean los eco-regímenes.

En cualquier caso, los dos primeros años de esta nueva Política Agraria Común serán transitorios en ese sentido, aclara Ruiz. Servirán para detectar errores y comprobar cuáles de los nueve eco-regímenes funcionan mejor y cuáles de ellos no atraen a los profesionales. Así que la situación actual no tiene por qué ser definitiva y parece ser que hay posibilidad de mejorar la estrategia.

Lo que está claro es que hay mucha incertidumbre y muchas quejas de momento. José Luis Miguel denuncia que «son normas hechas desde un despacho, llenas de letra pequeña, excepciones, restricciones… que no se ajustan a la realidad del campo y, en muchos casos no tienen mucho sentido». Sostiene que «deberían dejar más libertad a los agricultores y ganaderos, pues son ellos quienes conocen mejor el territorio en el que trabajan». En cualquier caso, se muestra resignado. «Vamos a ver cómo va el primer año».

 

Respuestas contra la incertidumbre.

Ante la situación de incertidumbre generada por la nueva PAC, el FEGA ha publicado un documento con respuestas a las preguntas más frecuentes emitidas por los agricultores en un intento de clarificar la situación. Estas son las más generales referidas a los eco-regímenes (aunque hay muchas más dedicadas a asuntos más específicos, 20 páginas en total; el documento está disponible en la página web del Ministerio, mapa.gob.es):

1. ¿Cada eco régimen se aplica a toda la superficie de los distintos tipos de superficie de la explotación o el agricultor puede seleccionar las parcelas en las que realizará el eco-régimen solicitado? Por ejemplo, en tierras de cultivo, ¿puede seleccionar sobre qué parcelas de tierras de cultivo de su explotación, por climatología, realizar las prácticas de un determinado eco-régimen?

La acogida a los eco-regímenes (EERR) es voluntaria para el productor, que decidirá para qué parcelas de su explotación los solicita o no, y bajo qué prácticas justifica su realización. Toda la superficie agraria de la explotación podrá acogerse a un eco-régimen, siempre que cumpla con los criterios de elegibilidad. El solicitante puede, por tanto, decidir acogerse de forma total o parcial a los eco-regímenes, en toda o parte de su superficie, y combinando diferentes prácticas sobre distintas parcelas agrícolas.

2. ¿Los requisitos de las distintas prácticas solicitadas, se han de cumplir para cada tipo de tierra?

Sí. Los requisitos se tienen que cumplir para cada tipología de superficie, y en concreto en las hectáreas declaradas para cumplir dicha práctica en cada tipología. Dicho de otro modo, en la superficie acogida a una determinada práctica de un eco-régimen, se aplicarán los requisitos/porcentajes exigidos en la parte correspondiente del tipo de tierra que proceda para cada eco-régimen (tierra de cultivo de regadío, tierra de cultivo de secano, tierra de cultivo de secano húmedo, terrenos llanos, terrenos de pendiente media, cultivos terrenos de alta pendiente, pastos húmedos, pastos mediterráneos, cultivos permanentes).

3. ¿Los incendios en tierras de cultivo, pueden ser considerados como situaciones excepcionales a efectos de flexibilidad en algún eco-régimen?

Las situaciones excepcionales serán decididas por las comunidades autónomas, y comunicadas por éstas al Ministerio de Agricultura. (Aquí el FEGA remite a la Resolución de 5 de octubre de 2022, del Fondo Español de Garantía Agraria, O.A. por la que se establece el régimen transitorio de flexibilidades a adoptar por las autoridades competentes de las comunidades autónomas en relación con los eco-regímenes).

4. La degresividad, en caso de aplicarse, ¿se aplica a todos los eco-regímenes, o por eco-régimen?

Se aplica por ER. De hecho, los umbrales de degresividad son distintos en función de cada tipo de tierra correspondiente a cada ER (pastos húmedos, pastos mediterráneos, tierras de cultivo de secano, tierras de cultivo de secano húmedo, tierras de cultivo de regadío, cultivos leñosos en terrenos llanos, cultivos leñosos en pendiente media, cultivos leñosos en elevada pendiente).

Disconformidad con el pago redistributivo.

El pago redistributivo es una herramienta pensada para evitar que las explotaciones de grandes dimensiones, en principio con una rentabilidad mayor, no acaparen la mayor parte de las ayudas y que éstas puedan ir a parar a los pequeños y medianos profesionales, que son quienes más pueden necesitarlas y que además son la base de la actividad económica en el mundo rural, algo que la UE dice que quiere proteger. Así, a partir de un número de hectáreas o de cabezas de ganado los pagos comienzan a menguar y se trasvasa ese dinero a explotaciones con menos superficie o animales.

Sin embargo, José Luis Miguel, de COAG, asegura que esto puede llegar a ser un problema e incluso generar una suerte de fraude, porque «los umbrales de dimensiones mínimas establecidos para poder acceder a estas ayudas son muy bajos, por lo que se estaría destinando dinero a gente que no vive de la agricultura, perjudicando a los que sí lo hacen». Además, no es extraño que los poseedores de esas explotaciones pequeñas las arrienden a otros que cuentan ya con extensiones de tierra considerables, con lo que esas ayudas estarían yendo a parar a quienes no deberían recibirlas en tanta cantidad.