Editorial

Leer se vuelve imprescindible frente a abusos y excesos

Diario Palentino
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El 23 de abril, Día del Libro, es un buen momento para empezar o para retomar este hábito saludable. En Palencia se ofrecen descuentos, se sortean Coplas de Jorge Manrique y se regalan panes conmemorativos de una fiesta muy especial.

La utilidad de ese universo paralelo que es Internet nadie la pone en duda. No tendría sentido hacerlo cuando todo lo real, lo proyectado y hasta lo imaginado cabe dentro  y cuando es fuente de cambios sociales, culturales y relacionales. Tampoco cabe duda de que las redes sociales contribuyen a una comunicación fluida, favorecen las relaciones a distancia y mantienen unidos a los miembros de numerosas familias, grupos de amigos, empresas y colectivos de toda índole que, de otra forma, en estos tiempos de restricciones derivadas de la pandemia y la crisis sanitaria, apenas serían posibles. 

Las videollamadas y la comunicación online han favorecido, y siguen haciéndolo, el contacto visual con los usuarios de residencias, psicogeriátricos y centros especiales y con los ingresados en hospitales. Hasta aquí estaremos de acuerdo en que las capacidades casi ilimitadas de las herramientas telemáticas para la transmisión de información y conocimientos, que se ha visto a diario en el caso de la educación tanto primaria, como secundaria y universitaria durante el confinamiento, es tremendamente positivo. También han demostrado su utilidad en los ámbitos del entretenimiento, la formación y de manera fundamental en el del teletrabajo. Casi cabría decir que, de no existir, habría que haber inventado esa colosal plataforma de contenidos y sus distintas derivaciones más o menos especializadas.

Lo que sucede, y ahí radican sus peligros, es que de la misma forma que Internet y las redes sociales son útiles, también son tóxicas o nocivas. Desde el acoso sexual a la pedofilia, pasando por las estafas, el racismo, el sexismo, la xenofobia, la violencia de género, los ataques a la intimidad, los insultos, las noticias falsas, las campañas difamatorias, los ataques informáticos, los juicios paralelos, las amenazas y chantajes, la promoción de la violencia, la extensión incontrolada de los juegos de azar, la intoxicación informativa o la conculcación de derechos humanos, casi todo lo negativo que quepa imaginar, tiene cabida y se traduce en millones de páginas al alcance de un simple click.

La lucha contra la toxicidad y la ciberdelincuencia es harto complicada y, aunque cada vez hay una mayor especialización dentro de las fuerzas del orden y entre los servidores de la Justicia, no siempre es posible llegar al origen y menos aún eliminarlo. Por eso toca aprovechar una de las pocas herramientas que los ciudadanos tenemos al alcance de la mano y que no es otra que la lectura, por supuesto comprensiva y crítica, que nos abra los ojos a los engaños, nos ayude a buscar y elegir los contenidos más adecuados, nos ponga en guardia contra la rumorología y la falsedad y nos deje aprovechar lo útil frente a la mera pérdida de tiempo. El 23 de abril, Día del Libro, es un buen momento para empezar o para retomar este hábito saludable. 

En Palencia se ofrecen descuentos, se sortean Coplas de Jorge Manrique y se regalan panes conmemorativos de una fiesta muy especial.