La III Feria Apícola de Castilla y León abrió ayer sus puertas al público en una edición que recupera la presencialidad y reúne a los mejores expertos del país en torno al mundo de las abejas. Palencia se convierte así en capital de la apicultura con catorce estands de productos gastronómicos, empresas de alimentación apícola, maquinaria del sector y materiales para profesionales y aficionados, reunidos en una carpa situada en la plaza de los Juzgados.

El contenido de este encuentro apícola pretende ensalzar la figura del productor local -742 explotaciones en la provincia-, según señaló el presidente de la Asociación Palentina de Apicultores (APA), Julián Caballero, quien destacó que la feria «está alcanzando mayor relevancia. Queremos convertirnos en referentes de la Cornisa Cantábrica desde la calidad de la miel palentina».

A la inauguración de la feria asistieron representantes del Ayuntamiento, la Diputación, la Junta, la Subdelegación del Gobierno y la Universidad de Valladolid.

Otro de los objetivos es ofrecer formación y explicar a la sociedad la importancia de la agricultura como «sector que ofrece empleos estables, especializados y medioambientalmente responsables en la provincia». Es por eso que ayer tuvieron lugar tres conferencias a cargo de especialistas y técnicos que abordaron, entre otras cuestiones, los problemas de subsistencia de las propias abejas.

La feria se clausura hoy con un taller infantil a cargo de Bee Wonder Art y la entrega de las Abejas de Oro de APA y Apinorpa (la otra organizadora), así como la imposición de Bandas de la Mujer Palentina.