«Con cada persona que entra, pienso: ¿Será este? ¿Será esta? Me fijo mucho en las caras que llevan». Así fue el día de ayer para Ana Gago, la lotera que regenta la administración número 1 de Dueñas desde hace 34 años y que repartió un millón de euros con el boleto acertante del sorteo del EuroMillones celebrado en la noche del martes. 

«No tengo ni idea de a quien le ha tocado. No sé siquiera si es del pueblo», explica Gago a Diario Palentino, porque el efecto llamada es potente y a su administración llega mucha gente. Comenta que la visitan turistas, vecinos de los pueblos de alrededor y gente de la capital e incluso de Valladolid. «A la mayoría no les conozco de nada», expresa.

Cuando la llamaron para confirmar el premio, no se lo podía creer. «Es mucho dinero y le ha tocado a una sola persona. Eso genera mucho morbo. Sobre todo porque este tipo de premios es súper difícil darlos. Es mucho más normal que te toque la Lotería», comenta. 

El efecto llamada ayuda a las ventas. «La gente es muy supersticiosa. Yo misma era una incrédula, pero ahora me lo creo todo», asevera Gago, quien tiene todo un ritual en su Administración de Loterías para invocar a la suerte. Por lo visto en el pueblo, funciona, aunque alguno de los curiosos que se acercaba ayer al lugar y veía las largas colas sigue desconfiando. 

«Por mucho que te pongas ahora a comprar como un desesperado, no significa que te vaya a tocar a ti», le comentaba un vecino a su acompañante.

«Yo hago mis conjuros y lo importante es creerme que lo voy a conseguir. Friego el suelo del local con sal y vinagre y también quemo laurel. Además, tengo mi pequeño altar con varias figuras y otros objetos», revela. 

La fama de esta Administración de Loterías no comenzó ayer, sino hace 14 años. En 2007, la suerte le cogió la matrícula y, tras repartir en el pueblo casi 70.000 euros en la BonoLoto, no ha parado de dar premios. En diciembre de 2011, el primer premio de la Lotería Nacional, con el número 80.895, repartió casi nueve millones de euros. 

Cuatro años después, repitió primer premio, con una recompensa mucho más alta: 28 millones de euros que volaron a Cubillas de Santa Marta, Venta de Baños y una serie más en Dueñas. «Fue una pasada», recuerda. «No solo por el dinero, sino por repetir un primer premio dos veces en el mismo pueblo. Venía la gente pidiendo el número y yo pensaba: «Pero se creerán que va a tocar en el mismo sitio...». Y tocó. El azar es ahí», añade. 

Gago le tenía ya entonces cogida la medida al oficio. También en 2015, una Quiniela dejó 297.000 euros a cuatro vecinos del pueblo.

Siguió repartiendo suerte y dinero. En 2016 selló un Joker de 10.000 euros y en 2018, algo de lo que aún no había disfrutado:un quinto premio de la Lotería de Navidad.

«Soy más que Doña Manolita, soy Doña Anita», sentencia.