Añoranzas de Faustino Mínguez

Fernando Pastor
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Cuando se jubiló, se dedicó a tallar madera en plan decorativo

Faustino hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo o múltiples objetos como espejos, tajos para sentarse, barrotes con bolas, etc. - Foto: DP

Se echa de menos a Faustino Mínguez Redondo en las fiestas de los pueblos de alrededor de Vertavillo, a las que acudía no porque tuviera algo que ver con la animación de las mismas, sino porque era muy querido en todos los pueblos y recibía invitación oficial para los aperitivos que se celebran el día de la Fiesta Mayor.

Su gran simpatía, su buen hacer profesional y el arte que atesoraba para las manufacturas le hacían conocido y querido en todas las localidades de alrededor.

Este 10 de abril se cumplen 4 años de su fallecimiento, cuando contaba 89 años de edad.

Faustino hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo o múltiples objetos como espejos, tajos para sentarse, barrotes con bolas, etc.Faustino hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo o múltiples objetos como espejos, tajos para sentarse, barrotes con bolas, etc. - Foto: DPSu trabajo con la madera y el hierro le venía de familia. Su padre y sus hermanos elaboraban arados romanos y carros, ponían ruedas a los tractores, arreglaban aperos de labranza, armaban cubas de madera, etc. Y ello por todos los pueblos de la comarca. Él, con 12 años ya ayudaba en esas labores.

Cuando les llamaban para arreglar cubas de los lagares o de las bodegas, si era en las localidades del Valle del Esgueva iban a pie, monte a través, por lo que tenían que salir a las 3 o las 4 de la mañana, para estar a buena hora, poder hacer su trabajo y regresar de nuevo por el mismo camino. Si era en otras localidades sin monte de por medio, iban en bicicleta. 

Algunas veces podían repararlas in situ, pero en muchas otras ocasiones tenían que trasladar la cuba a su taller de Vertavillo, y dado su gran tamaño (tenían capacidad para cientos de litros de vino) tenían que desmontarla, reparar las tablas dañadas, armarlas para ver cómo quedaba, desarmarlas otra vez para poder sacarlas por la puerta, llevarlas al pueblo de origen y allí, en el lagar, armarlas de nuevo.

Faustino hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo o múltiples objetos como espejos, tajos para sentarse, barrotes con bolas, etc.Faustino hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo o múltiples objetos como espejos, tajos para sentarse, barrotes con bolas, etc. - Foto: DPPara hacer las ruedas de los carros, en primer lugar hacían los radios con madera de encina, cocían el cubo y los ensamblaban. Con un compás diseñaban el círculo, para después hacerle de varias piezas que se llamaban pinas o camones, y las iban uniendo hasta formar un círculo. 

Después recubrían el exterior de la rueda con un aro de hierro para que al rodar no se desgastase la madera. Lo calentaban al rojo vivo para que dilatara y se ablandara y así poderlo amoldar. Una vez puesto, metían la rueda en una pila de agua para que el hierro se enfriara, se endureciera y se constriñera, quedando ceñido y apretado a la madera. El uso de la rueda provocaba que el aro de hierro se aflojara; entonces lo sacaban, cortaban un trozo lo volvían a unir soldándolo en la fragua con una pasta (entonces no había soldadura).

Cuando se jubiló, Faustino Mínguez se dedicó a tallar madera en plan decorativo. Realizó innumerables figuras de una sola pieza para las que se necesita un arte y una habilidad fuera de lo común. Por ejemplo, una caja con barrotes y bolas dentro, siendo todo una única pieza o de una sola pieza, lo que implica que las bolas las ha tallado y cortado dentro de la caja donde están. 

También hizo a escala muchísimas figuras, entre la que destaca la iglesia de Vertavillo.  

Y por supuesto objetos útiles como espejos, tajos para sentarse, etc, utilizando bien troncos de árboles, bien enredaderas. 

Le gustaba coger piedras del campo que pareciesen algo identificable. Así, tiene piedras con forma de cenicero, de elefante, de perro, de la cresta de un gallo, de una virgen, de zoquetas para segar, etc.

En definitiva, una amplia colección, sobre todo de objetos de producción propia, que recuerdan a uno de los hombres más mañosos del Cerrato, amén de gran persona.