Una vez disputados los dos partidos de la fase previa en Villamuriel, el torneo regresó, dos años después, al pabellón, a su casa desde hace 25 años, para iniciarse los octavos de final.
Lo hizo en la categoría chiguito, con el protagonismo del CDSan Juanillo A y el Maristas D, el segundo equipo de primer año de los colegiales. Los aurinegros demostraron desde el primer minuto su condición de favoritos no sólo en este partido, sino del torneo. Más que desde el principio, minutos después de arrancar el encuentro, dado que fue Maristas el que, gracias a una buena disposición táctica, se adelantaba en el marcador.
Pero el Sanjua empezó a pasar el rodillo, circulando el balón con mucha velocidad y calidad y antes de acabar el primer cuarto se ponía por delante. En las categorías inferiores es normal que haya generaciones dispares. Tan pronto aparece una legión de buenos jugadores de una edad, como no hay los suficientes para completar un equipo en otra. Y es lo que le ha pasado al San Juanillo esta temporada. Pese a su denominación de equipo A, son alevines de primer año (como lo es el B).
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Los aurinegros demostraron ser candidatos al título alevín - Foto: Sara Muniosguren
Plantilla del Maristas D - Foto: Sara Muniosguren
Plantilla del San Juanillo A - Foto: Sara Muniosguren
A pesar de los diez goles encajados, Adri cuajó un gran partido - Foto: Sara Muniosguren
Juega en la Primera División de la liga provincial, con jugadores un año mayores, y está compitiendo a un altísimo nivel, incluso tuteando en ocasiones a los grandes. A la calidad que atesora se suma ese nivel competitivo que les hace todavía mejores. Presentó sus credenciales y eso que dio la impresión de frenar su intensidad a medida que iban cayendo sus goles. Se llegó al top-8, por lo que el marcador se cerró con ese 10-2. Maristas B, pese a la evidente superioridad del rival, jugó sin complejos y ofreció un buen juego.