Antonio Álamo

Antonio Álamo


Pragmatismo

05/05/2022

Hay quien piensa que si dispone de una docena de elementos de juicio más o menos significativos dispondrá de mayor capacidad de análisis que quien solo dispone de dos o tres. Luego, el resultado que obtenga podrá ser acertado o no pero, en cualquier caso, la lógica invita a suponer que su visión de conjunto ofrece algunas ventajas frente a aquellas otras cuyos pilares de sustentación son escasos. Como especias para sazonar tal aseveración quizá serían suficientes una pizca de tranquilidad de espíritu, cierta perspectiva para contemplar el panorama como un todo plagado de aristas y -un ingrediente insustituible- ganas de fijarse en algo. A este triple condimento, nada exótico en nuestra profesión, a veces lo llaman olfato periodístico ignorando que tras esa expresión se oculta una enorme curiosidad.
Bastaría contemplar la invasión de Ucrania por Rusia desde perspectivas diferentes a las puramente sentimentales para imaginar que cabe la posibilidad de que estemos a punto de encontrarnos con otro grave problema, surgido de improviso, con el que las sociedades occidentales no contaban. Se trata de la dependencia europea del gas y petróleo rusos ¿es que nadie consideró como hipótesis la aparición de este conflicto bélico y las repercusiones de carácter energético aparejadas? Pues parece que no.
¿Y qué va a pasar a partir de ahora? No lo sabe nadie, más que nada porque son tantos y de tan diferente índole los elementos que intervienen en este terremoto geopolítico que cualquier opinión resultaría arriesgada. De momento es público que la Unión Europea busca proveedores alternativos de gas y petróleo. Y también sabemos que estamos de suerte porque la primavera y el verano ofrecen un ligero respiro ya que no parece sensato imaginar que en los próximos meses los europeos pongan la calefacción a tope, al menos en lugares como Écija o Calasparra. Eso sí, cuando comiencen a caer las hojas, ya veremos… o espabilan nuestros líderes o la tala de la Amazonia no será nada comparada con la deforestación de los bosques de Europa. Tanto interés por las energías renovables y ahora va a resultar que estamos a un paso del fogón tradicional y el puchero con los garbanzos. Y atizando el fuego para que no se apague.