La Unidad del Sueño atiende a 4.000 pacientes en Palencia

ISMAEL MARTÍN
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El 47% de las consultas que llegan al área palentina de Neumología se vinculan con casos de sospecha de apnea, que es más frecuente en personas mayores

La neumóloga Ester Alonso, junto a sus dos compañeros del área, explican la labor que realizan en la Unidad del Sueño del Caupa. - Foto: SARA MUNIOSGUREN

Los trastornos del sueño son cada vez más frecuentes en la sociedad. Uno de los más conocidos es el insomnio, que en ocasiones puede llegar a ser crónico con las consecuencia que ello conlleva. Las personas que lo sufren son conscientes de tal circunstancia porque les resulta muy complicado tener un descanso reconfortante. Situación bien diferente es lo que sucede en el caso de la apnea del sueño, que consiste en pequeñas pausas en la respiración durante las horas de descanso, aunque los avances tecnológicos permiten que la detección y monitorización sean más rápidas y fiables. Del diagnóstico y tratamiento de la apnea del sueño se encargan en la Unidad del Sueño de Palencia, situada en el Complejo Asistencial Universitario (Caupa). «En nuestra unidad diagnosticamos cada vez más pacientes que padecen apnea del sueño gracias a que las prueba son mejores y los pacientes están más sensibilizados. Habitualmente los pacientes diagnosticados persisten con el tratamiento por lo que la cifra de pacientes aumenta. Ahora mismo rondamos en la provincia las 4.000 personas en tratamiento continuado», explica Ester Alonso Sastre, neumóloga especializada en medicina del sueño.  

Alonso lleva en la unidad del sueño palentina desde 2009 y asegura que en la consulta de Neumología han pasado de tener apenas pacientes para la revisión de los tratamientos a verse desbordados y tener listas de espera. «De todas las consultas que nos llegan, cerca del 47% de los pacientes vienen por sospecha de apnea del sueño. A la semana nos salen una media de 20 solicitudes de prueba de sueño, de las que 16-17 se diagnostican como apnea», admite. Pese a que se solicitan más pruebas, se trata de una patología muy prevalente. «Hasta el 8% de los varones y el 4% de las mujeres de la población general pueden sufrir apnea del sueño sin saberlo. Estamos viendo la punta del iceberg, que es lo que llega a la consulta, pero este es más grande pues hay muchos pacientes sin diagnosticar porque no se dan cuenta, nadie les ha visto dormir o su médico no ha sospechado y no les ha derivado a nuestra consulta», subraya.

Respecto al prototipo de persona que suele ser más susceptible de sufrir apnea, «es el que tiene obesidad y su longitud del cuello es más pequeña de lo normal, lo que hace que la garganta se obstruya con más facilidad durante la noche», explica Alonso, para añadir que han visto pacientes con problemas maxilofaciales. Además, «es una patología más frecuente en varones que en mujeres, prácticamente el doble. La edad también influye porque a medida que esta aumenta también lo hace el riesgo, según un estudio reciente que hemos realizado. Como en Palencia hay una población más envejecida que en otra provincias, la prevalencia es más elevada», expone.

Hay muchos pacientes a los que les han visto una apnea y llegan muy asustados a la Unidad del Sueño, por lo que sus profesionales se encargan de que entiendan lo que es la apnea y la necesidad de establecer un diagnóstico y tratamiento con el fin de que no se produzcan otro tipo de problemas de salud en personas de alto riesgo. «Los pacientes con apnea del sueño tienen una obstrucción de la garganta, lo que les lleva a despertarse muchas veces por la noche para coger aire y al final no descansan bien. Entonces les produce somnolencia, dificultades de concentración y, por ende, una peor calidad de vida. Además, hay estudios que han demostrado que la apnea del sueño es un factor de riesgo que aumenta la tensión y los problemas cardiovasculares», admite.

Ante la dificultad en ocasiones de que una persona se dé cuenta de esta patología respiratoria, Ester Alonso señala que «debe sospechar si tiene problemas de somnolencia durante el día, es decir, duerme bien, pero está siempre cansado, o si ha ido a su médico y la tensión arterial no se controla. Si tiene otros síntomas como el ronquido, que se levante con la boca muy seca, vaya muchas veces a orinar por la noche o tenga dolor de cabeza al levantarse de la cama también debería consultar», asegura.  

diagnóstico. La Unidad del Sueño sigue un proceso de diagnóstico «sencillo». «En nuestra consulta disponemos de un protocolo para valorar si el paciente cumple los criterios de alta probabilidad de apnea del sueño y con ello decidimos qué tipo de prueba es la más adecuada a realizar. Durante la misma, le ponemos los cables necesarios para registrar tanto la respiración, los movimientos de las piernas o si está dormido o despierto y todo lo conectamos a un programa para que quede registrado lo que ocurre durante esa noche. De ahí extraemos un diagnóstico y citamos al paciente en consulta», afirma Alonso. Entonces se valora si poner un tratamiento, que habitualmente es el CPAP, un aparato que tiene una turbina que lo que hace es dar presión al aire de la habitación donde está durmiendo el paciente.

Ese aire sale a través de un tubo a una mascarilla que el paciente tiene puesta en la cara y lo que hace es abrirle la vía aérea. Para el tratamiento, se le deriva a Esteve Teijin, la empresa suministradora de los dispositivos, que es externa al hospital. «Tenemos protocolarizado el flujo de pacientes entre nuestra consulta de enfermería y la consulta de Esteve Teijin. El paciente va moviéndose de una consulta a otra en función de la monitorización que se le hace. Al principio se le explican las particularidades del dispositivo y una vez que el paciente sabe utilizarlo se hace una monitorización. Primero a la semana, luego a los 15 días y posteriormente al mes. A partir del mes unas van siendo presenciales y otras telefónicas, se van alternando. Si el paciente en algún momento tiene problemas, pasa de forma automática a la consulta», detalla Alonso, quien asegura que ante el incremento de pacientes en la consulta han tenido que diseñar protocolos de monitorización basados en la telemedicina.    

insomnio. A la Unidad del Sueño del hospital llegan en algunos casos personas con problemas de insomnio, pero «salvo que tengan alguna patología respiratoria a mayores, como es el caso de la apnea, los derivamos al especialista que debe ver el insomnio pues hay pacientes que son crónicos a los que hay que hacer un seguimiento y pueden requerir de un tratamiento psicopatológico», comenta Ester Alonso.

Existen múltiples causas del insomnio, que puede ser de tipología eventual, que dura unos días o algunas semanas, o crónica, con una duración superior a un mes. «Las razones del insomnio se deben unas a factores ambientales y otras a los propios trastornos de la persona. Las más frecuentes son las alteraciones emocionales de carácter reactivo y las enfermedades psiquiátricas. También existen las causas relacionadas con el consumo de sustancias. Además, el insomnio puede no tener una causa. Este caso es poco frecuente y se les denomina esenciales o funcionales y su tratamiento será sintomático», declara Elena López García, psicóloga sanitaria.

Al igual que ocurría con la apnea del sueño, «se ha percibido un aumento del número de casos de insomnio, que es proporcional al número de problemáticas a las que han tenido que enfrentarse las personas como la pandemia, las secuelas de la misma, crisis económica y social, etc.», reconoce, para destacar que es un problema que se da en una tercera parte de la población, siendo más frecuente en las personas mayores, las mujeres y quienes padecen enfermedades psiquiátricas.