La Venecia que indigna a Álex de la Iglesia

Agencias
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El director estrena este viernes una nueva cinta que critica la masificación en la ciudad de los canales

Álex de la Iglesia ama Venecia. No solo por los festivales de cine, sino porque es una ciudad que le gusta mucho. Años de visitarla le han convertido en un «gusano más», uno de los turistas de los que roen las grandes ciudades y contribuyen a su degradación.

Por eso Veneciafrenia es una provocación, una denuncia y un modo de hacer pensar al espectador: «Quiero que la gente se vea reflejada en esta farsa grotesca», explica el director vasco en una entrevista con motivo del estreno de la cinta el próximo viernes.

En la película, cuyo guion firma con su colaborador habitual, Jorge Guerricaechevarría, De la Iglesia relata la azarosa historia de cinco turistas españoles (Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Nicolás Illoro y Alberto Bang) que llegan a Venecia dispuestos a disfrutar al máximo los célebres y masificados carnavales de la ciudad de los canales. Pero una vez allí, los jóvenes tendrán que hacer frente a la ira de un grupo de lugareños que, cansados de ser ignorados, están decididos a acabar con la gentrificación y la marabunta de turistas por cualquier medio.

Estos personajes, explica, «son como todos nosotros, viven en un mundo cerrado donde da igual la Venecia de Italia que la Venecia de Las Vegas, que solo quieren cinco minutos para irse de vacaciones y pasárselo». «Buscan la fiesta loquísima y acaban en una tragedia de gente que está luchando por su ciudad y que creen que Venecia es más que un parque temático. Y cuando estás viendo eso -señala-, de repente desaparece la película y te encuentras con unos problemas en los que estás involucrado».

una siniestra realidad. «El terror es perfecto para contar cosas sin que se note», defiende el cineasta que, entre trajes de época, gritos de pánico, bufones asesinos y trepidantes persecuciones por bellos y a la vez siniestros decorados, enmascara un potente mensaje de denuncia social. Una cinta cuya trama siempre será superada por la realidad, especialmente por la de los últimos dos años. «El día a día es lo que me da más miedo», zanja.