En España cada vez se mueren más personas y nacen menos. El número de nacimientos volvió a bajar en el último año, al reducirse un 6,1 por ciento en 2018, y descendió en la última década un 40,7 por ciento, según los datos provisionales del Movimiento Natural de la Población publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Así, en 2018 se produjeron 369.302 nacimientos, lo que supuso un descenso del 6,1 por ciento respecto al año anterior (23.879 alumbramientos menos). El número  continúa de esta forma con la tendencia a la baja de la última década, solo interrumpida en 2014, ya que desde el año 2008 la cifra ha descendido un  40,7 por ciento.

Además, en cuanto al indicador coyuntural de fecundidad (o número medio de hijos por mujer) el año pasado se situó en 1,25, con un descenso de seis centésimas respecto al valor registrado en 2017, lo que supone el valor más bajo desde 2002. Asimismo, la edad media de las mujeres que fueron madres se elevó a 32,2 años en 2018, frente a los 32,1 del año anterior.

La cifra de nacimientos disminuyó en todas las comunidades y ciudades autónomas, excepto en Melilla, donde aumentó un 0,6 por ciento. Galicia (-10,3 por ciento), La Rioja (-9,2 por ciento) y Extremadura (-8,1 por ciento) anotaron los mayores descensos.

más defunciones. Por el contrario, durante el pasado ejercicio fallecieron en el país un total de 426.053 personas, un 0,4 por ciento más que en 2017. La tasa bruta de mortalidad fue de 9,1 defunciones por cada 1.000 habitantes, similar a la del año anterior. La esperanza de vida al nacimiento aumentó una décima en 2018, hasta situarse en los 83,2 años.

Como resultado del aumento en el número de defunciones y de la disminución en el de nacimientos, el crecimiento vegetativo de la población residente en España (es decir, la diferencia entre nacimientos de madre residente y muertes de habitantes en el país), fue negativo en 56.262 personas en el año 2018.

Asimismo, durante 2018 se registraron 163.430 matrimonios, un 5,9 por ciento menos que en 2017. La tasa bruta de nupcialidad disminuyó dos décimas, hasta 3,5 matrimonios por 1.000 habitantes.