El Apóstol Santiago se rodea de jóvenes

Lucía Toribio
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La palentina Inés López ha conocido la historia religiosa que une a Galicia y Portugal, mientras ha disfrutado de sus paisajes

Inés Lopez luce con orgullo su sentimiento castellano y leonés. - Foto: DP

Hacia el año 44 d.C. el cuerpo decapitado del Apóstol Santiago llegó en un largo viaje en barco desde el antiguo reino de Judea, hasta la aldea gallega de Iria Flavia, en la confluencia de los ríos Sar y Ulla. Este último viaje del apóstol es conocido como Translatio y conforma la expedición que la palentina Inés López ha realizado gracias a la Ruta Quetzal. El programa fue creado por el periodista y aventurero Miguel de la Quadra-Salcedo, pero se suspendió tras su fallecimiento en 2016. Su hijo, Íñigo de la Quadra, ha sido el responsable de devolver esta experiencia a 150 alumnos de 4º de ESO o 2º de FPB, nacidos exclusivamente en 2006.

Los estudiantes escogidos cuentan con un expediente brillante, y entre ellos estaba la aventurera Inés López, a la que sus profesores de La Salle convencieron para apuntarse porque «tenía miedo al no conocer a nadie». Fue así como se adentró en esta ruta que comenzó en la ciudad portuguesa de Braga, desde donde partía la antigua Vía romana número XX por los lugares marítimos. Tras superar un desnivel de más de 100 metros, los expedicionarios montaron su primer campamento en lo alto del santuario de Bom Jesus do Monte.

López fue la imagen de la provincia palentina en la ruta y afirma que «estaba muy orgullosa porque al final era representar el lugar donde he vivido toda mi vida». Este año Quetzal no se ha movido de la Península Ibérica, pero «ha sido una experiencia inolvidable en la que a parte de aprender mucho sobre el traslado del apóstol Santiago entre Portugal y Galicia, he conocido a personas maravillosas con las que espero seguir teniendo relación», asegura la joven.

Inés Lopez luce con orgullo su sentimiento castellano y leonés.Inés Lopez luce con orgullo su sentimiento castellano y leonés. - Foto: DPActividades. Los alumnos se iban trasladando de camping en camping, hasta llegar a Santiago de Compostela, destino final de la ruta. Aunque fue la ciudad que más impresionó a Inés López, ella se queda con el recorrido en kayak por el río Miño. «La verdad es que acabamos todos muy cansados, pero conseguimos sacar lo positivo y reírnos del sufrimiento», comenta la expedicionaria.

Los chicos solo disponían de 15 minutos al día para utilizar sus teléfonos móviles, para desconectar del mundo social y conectar con ellos mismos. «Había gente más enganchada al móvil, pero a mí me gustaba estar sin él porque así cogías más confianza. Además, se podían mandar saludos mediante las cuentas de Instagram y TikTok», explica López.

El recorrido duró solo 10 días, aunque los jóvenes consiguieron aprovechar cada momento al máximo. La ruta solo se puede realizar una vez en la vida, pero después se hacen reencuentros entre todos los participantes. «Hemos pensado en quedar porque tenemos ganas de volver a encontrarnos», afirma la palentina que «se lleva sobre todo el aprendizaje y las personas».