Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


La gamarra es una martingala

05/04/2022

El viejo refrán de nuestro Fanegas siempre es aplicable: «No te mates por saber, el tiempo te lo dirá, es más bonito saber sin tener que preguntar». Sí, solo teníamos que esperar al Congreso del PP en Sevilla para conocer las señales de lo ocurrido en lo más interno del partido, que acabó con la sustitución de Pablo Casado.
A Cayetana Álvarez de Toledo en una intervención en abril del pasado año, en El Club de Opinión Santiago Alba, la dije: «Tú, que sabes montar a caballo, debes saber que la gamarra es una martingala». No lo entendió. 
Efectivamente la gamarra es una martingala, una falsa rienda que tira de la mandíbula del caballo para remeterle la cabeza, para bajarle el pico, con objeto de situarla para que el freno apoye o dañe las barras, las mandíbulas del caballo y se haga más eficaz el bocado. Se dice que es no dejarle despapar, levantar la cabeza, para forzar su entrega y obediencia.
El título del libro de Rajoy, no se utilizaba en balde, era un presagio: Política para adultos.  A Casado lo sustituyó la vieja política. 
Días antes, Aznar, promotor de Casado, le lanzaba las primeras puyas; Esperanza Aguirre, quien otrora me decía personalmente: «Dios quiera el nombramiento de Casado como presidente», luego manifestó: «A Egea había que echarlo y ya se vería al presidente». Después aparece un texto en el que se pide la cabeza de Egea, uno de los firmantes es un personaje poco útil, que siempre irá con el que cree ganador, el buscador hijo de Suárez y otra que también rubricaba es Cuca Gamarra. Cuca no dudó en sustituir fríamente a Álvarez de Toledo y tomar su esperado premio, como dije a Cayetana. 
La antigua alcaldesa de Logroño fue seguidora de Sáez de Santamaría, antes de Rajoy, después de Casado y luego uno de los principales arietes contra Casado. Detrás de Cuca había manos oscuras y una negra asesina.
La Gamarra es una martingala, la herramienta, el truco para mejorar la gobernabilidad de un PP por algunos deseado. Como 'obediente' del partido, Cuca espera la concesión del premio, ahora es secretaria general. Su camino continuará,  sabe que de momento, está a la espera.