El mejor lugar donde vivir

A. Benito
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Enamorada de la Montaña Palentina, Vero Largo también disfruta viajando y descubriendo nuevos lugares a bordo de su furgoneta: La Chimpina. La trabajadora social cerverana comparte con los lectores de DP sus diez lugares favoritos

El mejor lugar donde vivir

PASIONES. La joven cerverana es una enamorada de la Montaña Palentina, aunque también disfruta viajando y descubriendo nuevos lugares a bordo de su furgoneta: La Chimpina. Apasionada de la música y de la cultura, Vero Largo se considera una afortunada por desarrollar su profesión en su tierra.

 

TRAYECTORIA. Estudió Trabajo Social en Salamanca. Ha realizado talleres con personas mayores, fue varios años la trabajadora social de la residencia de Salinas y también estuvo en el CEAS de Cervera. Actualmente, trabaja como educadora familiar en el CEAS de Aguilar.

 

1. Cervera de Pisuerga.  «Mi pueblo, mi lugar de crianza, el mejor sitio donde vivir. Aquí es donde he vivido con mis padres y mis hermanos, y donde seguimos estando, todos cerca. Jugar en el campo verde, ir a la Cueva de los Moros, comer la paella en la plaza el día de Santa Marta, subir al castillo, al pinar, pasear por la Bárcena, tomar el caldo y el pincho de bacalao en el Almonga los domingos, resbalar en la Cueva de la Virgen, jugar al escondite en la plaza de la Cruz, ir andando hasta Ruesga, subir a la peña Barrio, son algunos de los recuerdos de mi niñez. He tenido mucha suerte de desarrollar mi profesión en diferentes pueblos de la Montaña Palentina, y espero poder seguir viviendo aquí todo el tiempo posible».


2. Pico Almonga. «Para los cerveranos, nuestra referencia paisajística por excelencia: El Pico. No recuerdo las veces que he subido esta pequeña montaña, con amigos, con familia, sola, desde Cervera o desde Ruesga. ¿Que te aburres? Pues al Pico. Pasear entre el magnífico brezal recién florecido, esa gran mancha morada, seguir hasta el pico Las Cruces... El Almonga es una montaña asequible, cercana y muy gustosa. ¿Las vistas desde la cima? Simplemente espectaculares».


3. Pantano de Ruesga.  «Me da igual en qué época pasar una buena mañana u observar un buen atardecer en La Roca. El pantano de Ruesga es sol, es parrilladas, es lectura, es tranquilidad, es amigos, es bañarse y bajar a última hora al María a comer un poco de cecina y beber un porrón de cerveza con limón. Es hacer piragüismo, pádel surf, es paseos entre hayas y robles, es bicicleta, es berrea, es ver al martín pescador, al picapinos, al pito real, y es reencuentro. Para mí, lo tiene todo, absolutamente todo».


4. Celada de Roblecedo.  «Dominado por la Verdiana y la peña del Sol, en este lugar vive el niño más guapo del mundo, nacido treinta años después del último nacimiento en el pueblo. Sus padres hacen la miel más rica que puedas catar. Subir hasta las Traviesas, a la peña del Sol, al mirador del Urguillo, al corral del monte, a la peña del Águila, comer en la ermita de San Roque… Es una de las zonas más bonitas y con más encanto de la Montaña Palentina, con lugares especiales y una gran importancia arqueológica e histórica en sus alrededores. Subo a menudo, pero aún me quedan muchísimos sitios por conocer y disfrutar. Espero que ese niño tan guapo me acompañe y me enseñe muchos de esos sitios».


5. Curavacas. «Fui alumna de Alejandro Díez Riol y Alberto Vicente; ambos nos inculcaron la pasión por esta zona. Poca gente de mi generación no ha subido esta gran montaña de conglomerado, un auténtico coloso que se levanta ante nuestros ojos de manera majestuosa.  Observar el valle de Pineda y el pozo Curavacas, es disfrutar de un entorno de gran belleza y de muchas leyendas. No soy una montañera de mucha altura, pero es cierto que el Curavacas tiene algo mágico, algo que te atrae. He subido en varias ocasiones, siempre con buenas condiciones y muy bien acompañada. La Chimpina, mi furgo, me lleva hasta Vidrieros, para poder dormir un ratito más y, de ahí, al cielo».


6. Peña Tremaya.  «Subí por primera vez hace nada y la verdad es que me sorprendió muy satisfactoriamente. Es una montaña solitaria, muy picuda y de fácil ascensión. Desde la cima, la vista panorámica de la Montaña Palentina es brutal. El peña Labra, solemne, el Tres Mares, el Cuchillón, Tremaya, Los Llazos, Areños, Los Redondos… Sin duda, repetiré en breve».


7. Valle Estrecho.  «Una de las siluetas de montaña que más me gusta, sin duda, es El Gigante del Valle Estrecho. Desde la cima de peña Redonda, quien custodia el sueño del gigante, ves el horizonte infinito de la Tierra de Campos. Si continúas hacia el Alto de la Varga y el Alto Miranda, podrás observar los colosos Curavacas y Espigüete, y, si tienes suerte, al lobo. Aquí fue donde lo vi por primera y única vez».


8. Pico Murcia.  «Puede que haya sido la montaña que más me ha impactado, en cuanto a vistas se refiere, dentro de la Montaña Palentina. Llegar a su cumbre y ver al lado el Espigüete te deja sin palabras. Contemplar los Picos de Europa, el embalse y las montañas de Riaño constituye una panorámica de 360º grandilocuente».


9. Bosques de roble y hayedos.  «Una jornada de recolección de setas o de avistamiento de pájaros, o un simple paseo por alguno de los bosques de San Salvador de Cantamuda, Lores, Casavegas, Ruesga o Castillería -no puedo quedarme solo con uno- es siempre una buena opción, algo con lo que disfruto enormemente. Me gusta salirme de las rutas marcadas, ir bosque a través e investigar, así es como se puede observar la flora y fauna en su hábitat natural. Coger la guía, los prismáticos y un bocata es uno de mis placeres favoritos. En estos bosques he podido ver osos, lobos, ciervos, jabalíes, zorros…  En los tiempos que nos ha tocado vivir, me alegro especialmente de haber elegido vivir en un pueblo».


10. La Cascarita. «Cualquier ruta que se precie tiene que terminar en este típico establecimiento ubicado en Cervera con una ensalada de chicharro, un poco de jamón, como solamente Jose sabe cortar, y de postre un poco de queso picón y unas cuantas avellanas. He pasado muy buenos momentos y tengo muchos recuerdos con mis mejores amigos en La Casca. Alguien dijo que los amigos son la familia que uno elige, y las personas más importantes de mi vida han compartido un ratito conmigo comiendo un poco de queso y bebiendo un kalimotxo en este bendito lugar».