Pepe Luis Segura dicta una lección plena de amor a los toros

DP
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El matador y apoderado de múltiples toreros da el pistoletazo de salida a estas legendarias charlas de la Peña Taurina Palentina

Pepe Luis Segura dicta una lección plena de amor a los toros - Foto: Óscar Navarro

Con lleno hasta la bandera, digno de las grandes ocasiones, la Peña Taurina Palentina retomó las tradicionales charlas después del parón que originó la pandemia.


Hizo el paseíllo desmonterado, Don José Luis Segura, conocido en el mundo taurino como Pepe Luis Segura. Torero y grandísimo apoderado independiente durante más de 30 años.
La gracia, simpatía y la verdad con la que habló, le granjeó rápidamente el afecto y el respeto de los socios y aficionados que abarrotaban la sede social de la Peña, entre los que se encontraban varios alumnos de la Escuela Taurina de Palencia con Juan Cantora al frente.


Hizo un breve recorrido de sus comienzos, desde sus inicios como 'torerillo' en la Línea de la Concepción, su localidad natal, cuando se «colaba» en el matadero municipal para intentar dar cuatro pases a las vacas bravas de desecho que llegaban allí, y cuando alguna que otra noche se metían en fincas ganaderas para torear a la luz de la luna, con los consabidos sustos que la tarea acarreaba.


Se fogueó durante cuatro años como novillero, estando en una ocasión acartelado en Palencia, pero  se frustró por una grave cogida que tuvo días antes en Barcelona con un Miura.


Corta carrera de matador.

Tomó la alternativa ante sus paisanos de La Línea de la Concepción en 1969, con El Viti de padrino y Ángel Teruel de testigo, saliendo por la puerta grande al cortar tres orejas y un rabo.


Torero de carrera corta, solamente estuvo nueve años en el escalafón, aunque el toro le castigó duramente al recibir en ese tiempo otras siete cornadas más.


Pero por lo que más se le conoce a Pepe Luis Segura es por su época de apoderado independiente, profesión que ejerció durante tres largas décadas, hasta el año 2013, llevando a toreros muy importantes, como lo fueron Francisco Ruiz Miguel, su buque insignia; Julio Aparicio, Nimeño, Chamaco, Emilio Muñoz, los hermanos Campuzano, Manili, Ortega Cano, Víctor Puerto, Manolo Sánchez, Padilla y López Simón. 


A todos ellos les está muy agradecido por haber confiado en él, aunque reconoció que alguno le dejó plantado actuando con malas artes. De cada uno de ellos contó anécdotas, con su gracejo andaluz, que hicieron las delicias del público presente en la sede de la Peña Taurina Palentina.


Feliz y dichoso.

Se considera feliz y dichoso por haber estado tantos años como apoderado independiente, aunque reconoce que defender al torero frente a las «grandes casas» que monopolizan todo -plazas de toros, ganaderías y apoderamientos- es una tarea difícil y muy complicada. 


Tuvo enfrentamientos serios con alguna de estas grandes casas, la de los Chopera, los Lozano, Matilla, reconociendo que siempre, después de las broncas y desavenencias, hubo reconciliación, porque al final «ellos sabían que yo lo único que hacía era defender al torero».


Concluida la charla se inició un animado coloquio, con interesante aportación de los chavales de la Escuela Taurina de Palencia y con la entrega de carnets de socios de la peña a dos jóvenes, concretamente a Jimena Vergara y Daniel Tadeo.  


Pepe Luis Segura dictó en Palencia una gran lección de amor a la fiesta de los toros, «nuestra Fiesta Nacional, que es de todos», dijo. 
Un Maestro, con mayúscula, y una grandísima persona que salió en volandas y por la puerta grande, aclamado por los muchos aficionados que se dieron cita en la Peña Taurina Palentina.