Manuel Juliá

EL TIEMPO Y LOS DADOS

Manuel Juliá

Periodista y escritor


Pobres y ricos

10/10/2022

Solo existen dos linajes Sancho, dice don Quijote, el de tener y el de no tener. La agudeza infinita de Cervantes nos da una definición de las clases sociales que se eleva sobre el tiempo. En cada época ha habido una organización social distinta, pero esa división cervantina marca la línea entre la felicidad y la angustia de siempre. La sociología de Marx ratificó la frase de Cervantes estableciendo el tener en la posesión de los medios de producción, y el no tener en la desvalorización de la fuerza de trabajo, cuando no en su desprecio. Pero lo que Marx no entendió y sí Cervantes, es que la clave de ese tener y no tener está en el ser humano, en la complejidad, bondad y maldad de sus pasiones y no en la economía como motor absoluto.

El primer ambicioso corrompió la tierra, dice Voltaire desde un purismo imposible. La ambición es connatural al ser humano. Shakespeare pone en boca de Malcolm que «el tener más sería para mí como una salsa que me diera hambre de más». Cuanto más tengo más quiero. Por eso, el capitalismo surgió de una religión, el calvinismo, ya que conociendo el peligro de la ambición había que regularla. Max Weber lo dijo en La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Richard H. Tawney en La Religión en el origen del capitalismo. Ese es el viejo capitalismo. Hoy han cambiado mucho las cosas.

Pero, al cabo, sigue vigente la reflexión de don Quijote. Y tanto, que la desigualdad ha avanzado. Según la ONU (laboratorio mundial de la desigualdad), en 2021, el 50 por ciento de la población poseía el 2 por ciento de la riqueza, mientras el 10 por ciento tenía el 76 por ciento. Nos estamos acercando a niveles de principios del siglo XX. Son datos abrumadores sobre los que no se puede mirar para otro lado, ya que de no corregirse la tendencia el nivel de conflictividad mundial seguirá aumentando hasta una catástrofe inevitable.

En los datos del mundo occidental aumenta la desigualdad, y también es un preludio de inevitable conflicto no solo con la inmigración. Con saber que según el último informe de Cáritas atienden ya a tres millones de personas es suficiente. Desde siempre creí en la existencia de un capitalismo humano, pensando incluso en ese origen religioso, por eso, no entiendo que ante este gravísimo problema, agravado con una pandemia y una guerra, y a las puertas de una recesión, se lancen al viento proclamas defensoras de que paguen menos los ricos, o se hable de bajadas de impuestos (cuando lo que hay que hacer es mejorar el Estado del Bienestar). ¿Por qué no se realiza otro Pacto de la Moncloa (como dice Felipe González) entre los partidos?, por qué estamos perdiendo la guerra contra la pobreza. Es muy penoso que este áspero electoralismo que nos invade intente hundir la realidad que nos envuelve.