Guardo abre un centro de interpretación en Explosivos

Rubén Abad
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La dotación municipal se ubica en el antiguo lavadero del barrio que nació al abrigo de una de las mayores factorías de su sector en Europa. Abrió sus puertas en 1942 y cerró en 2008

Guardo abre un centro de interpretación en Explosivos

Como un homenaje a los más de 3.000 trabajadores (picos de 700 operarios fijos a finales de la década de los sesenta y principios de los  años 70) que llegó a tener a lo largo de su historia Explosivos Río Tinto, la gran industria electroquímica que existió en Guardo entre los años 1942 y 2008. Así se vivió en la localidad minera la reinauguración del antiguo lavadero que daba servicio desde 1961 al barrio que nació al calor de fábrica, reconvertido desde esta semana en centro de interpretación de una factoría que trajo progreso y riqueza al noroeste de la provincia.


La nueva dotación consta de pilas funcionales construidas en los talleres municipales de Las Vegas y ocho paneles de aluminio dibond alusivos al complejo fabril. Piezas de dos metros cuadrados cada una que ha diseñado Alejandro Polanco, un entusiasta de la planta.


En ellos se pueden ver fotografías antiguas en blanco y negro y a todo color, además de algunas de las fórmulas químicas empleadas en la creación de todo tipo de compuestos. Y es que en las entrañas de Explosivos se cocinaban, a partir de la antracita y la cal, desde el básico carburo cálcico hasta acetato de vinilo; acetato de polivinilo granulado, en disolución y en emulsión; copolímeros; ácido acético; diacetonina; metilato sódico; acetona; acetato de etilo; de isobutilo y de butilo; sosa caústica, butanol; bioctilftalato; dibutilftalato; etilhexanol; cloro; sosa cáustica; lejía; hidrógeno (Guardo contó con uno de los primeros electrolizadores industriales instalados en España) o alcohol polivinílico, el producto estrella y que se mantuvo en producción hasta el momento del cierre de la factoría. 


También se exhibe algún que otro elemento rescatado de un complejo casi centenario que, junto a las minas de carbón que se extendían por toda la comarca y la central térmica de la vecina localidad de Velilla del Río Carrión, hizo del noroeste de la provincia el principal foco industrial de Palencia durante décadas. 


ATRACCIÓN TURÍSTICA

El centro de interpretación es un empeño del Ayuntamiento de Guardo, que ve en esta flamante dotación un acicate para el turismo vinculado al patrimonio industrial. Y es que, como señala el teniente de alcalde, José Carlos Narganes, todos los palentinos, y los propios guardenses, recuerdan el pasado del pueblo vinculado a la minería de carbón, pero Explosivos, que fue la «mayor planta electroquímica de España», pasa mucho más «desapercibida» a pesar de la «gran importancia» que tuvo está industria durante los 65 años que permaneció en activo.


En este sentido, la nueva instalación abrirá sus puertas a las visitas generales en las próximas semanas, una vez que el Consistorio montañés complete la instalación del sistema de videovigilancia y se establezcan los correspondientes horarios de atención al público. Entre tanto, ya está disponible para grupos con reserva previa.


Así, y con el objetivo de que «las generaciones venideras no se olviden de la historia del pueblo y el pasado de sus abuelos», una cuadrilla de diez operarios municipales dirigidos por Alfonso Fernández se encargaron de la reconstrucción del lavadero, desde la nueva cubierta y cierre perimetral, hasta la iluminación y los nuevos elementos que allí se han dispuesto.


La inauguración, a la que acudió parte de la corporación con el alcalde, Juan Jesús Blanco, a la cabeza, se completó con una teatralización del Club de Entibadores Palentinos y un homenaje en el auditorio municipal a José María Maté y Cristina García, en representación de «todos» los empleados que han desarrollado su labor profesional a lo largo del más de medio siglo que la fábrica estuvo en activo.


UN PASADO MUY PRESENTE

Para la puesta en valor del centro, el Ayuntamiento ha invertido entre 25.000 y 28.000 euros de fondos propios, que ha dado como resultado un nuevo punto de referencia para los turistas que se aproximen hasta la comarca del Alto Carrión. Un paso más a la puesta en valor del barrio tras la reconversión de antiguo comedor de trabajadores en albergue ligado al Camino Olvidado a Santiago y a la práctica del turismo activo, y que continuará con la reparación del aparcamiento para bicicletas de la factoría, otro de los emblemas del barrio.


Esta puesta en valor del pasado local se complementa con fotografías antiguas distribuidas por diferentes puntos del casco urbano, así como la señalización, decoración temática y homologación de sendas en los alrededores del municipio, en los que el Consistorio invertirá 36.000 euros. 

 

'Caliza y Carbón', el nuevo libro de Alejandro Polanco
Alejandro Polanco Masa repasa en su último libro, Caliza y Carbón. Historia de la fábrica electroquímica de Guardo, las más de seis décadas de historia del gran complejo fabril, un verdadero polígono electroquímico asentado en plena Montaña Palentina.


Trescientas páginas a todo color tras un arduo trabajo de documentación de  dos décadas con las que el autor quiere mantener vivo el recuerdo de una de las industrias del sector «más potentes de Europa» y uno de los «principales centros industriales de España», con una tecnología «puntera» en la época, hasta su declive a partir de 1985 con el cierre del horno de carburo y posterior cierre tras integrarse en Ercros, Erkol y la estadounidense Celanese en su etapa final.


El libro ya está disponible en las dos librerías de Guardo (Liébana y Dacar). En las próximas semanas podrá adquirirse en establecimientos de todo el país bajo demanda y a través de Internet a través de la plataforma Amazon.