Una beca de primer nivel

César Ceinos
-

La conservadora-restauradora palentina Eva González amplía su formación profesional en Bilbao

Una beca de primer nivel - Foto: DP

Reforzar conceptos siempre es positivo y más si el lugar donde se llevará a cabo el proceso de perfeccionamiento es uno de los más destacados del país. Este es el caso de la conservadora-restauradora palentina Eva González, que gracias a una beca de Conservación y Restauración de Tejidos financiada por laFundación Iberdrola, trabaja durante un año -prorrogable a otro ejercicio más- en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

La beneficiaria, que recibió el certificado acreditativo de manos del Rey Felipe VI, asegura que se trata de una «oportunidad que no podía dejar pasar» y que con el hecho de ser elegida ya ha sido reconocida «porque es como un concurso en el que se compite con otros colegas del mismo ámbito». Se trata de una beca muy codiciada en el sector de la restauración a la que ya se había presentado en el pasado, pero no fue elegida. Han valorado su extenso currÍculum de méritos, tanto en el campo formativo como en el profesional, para señalarla entre todos los solicitantes. En el primer caso, estudió el Bachillerato de Artes en la Escuela Mariano Timón y, posteriormente, se graduó en Conservación y Restauración de bienes culturales en dos especialidades, Escultura (en Valladolid) y Textiles (Palencia). Además, en la Escuela de Conservación y Restauración de la Real Fábrica de Tapices de Madrid cursó un Máster específico enTapices y Alfombras de nudo.

Profesionalmente, ha pasado por el departamento de Tejidos Históricos del Instituto de Patrimonio Cultural Español (IPCE) y por el centro de conservación y restauración de la Junta de Castilla y León de Simancas. También ha trabajado, como autónoma, para museos e instituciones culturales tan prestigiosos como el Balenciaga, el Museo de América, el Museo Naval, la catedral de Segovia, el Museo Nacional de Escultura, el Museo Provincial de Valladolid, el Museo del Prado, el Cerralbo e, incluso, la propia institución vizcaína en la que se encuentra en la actualidad.

«Buscan gente joven pero que ya haya tenido una trayectoria», explica González, quien, durante los próximos meses, se adentrará, además, en los trámites que se llevan a cabo en los museos, como restauraciones, montajes y otras gestiones. Ya los ha visto por los trabajos que ha llevado a cabo como profesional independiente, pero ahora lo conocerá desde el prisma opuesto, desde dentro.  «El Museo cuenta con una amplia y variada colección con artistas de primer nivel. Todo ello hace que sea tan interesante formar parte del departamento de Restauración del centro museístico. Abarcamos intervenciones en obra de diferentes tipologías. Además, viajamos como correo junto con las obras de arte, montamos salas, rotamos fondos y realizamos labores de conservación preventiva y mantenimiento, además de toda la documentación que se precisa», explica la conservadora-restauradora palentina.

En su mente, tras este período de perfeccionamiento artístico en tierras bilbaínas, está volver a trabajar de manera autónoma en su lugar de origen. «Después de este paréntesis, para aprender en un museo tan variopinto en lo que a materiales se refiere, la idea es volver a Palencia y trabajar desde aquí», concluye González.